lunes, 4 de febrero de 2019

Que sea el tiempo y no el hombre quien borre al hombre

Mientras escribía la entrada anterior recordé el poema Hay un día feliz de Nicanor Parra. A continuación transcribo la estrofa final:

"...Todo está igual, seguramente,
El vino y el ruiseñor encima de la mesa,
Mis hermanos menores a esta hora
Deben venir de vuelta de la escuela:
¡Sólo que el tiempo lo ha borrado todo
Como una blanca tempestad de arena!..."

También recordé el poema ¡Borra tus huellas! de Bertolt Brecht:

"...Cualquier cosa que digas, no la digas dos veces:
si encuentras en otro tu pensamiento, niégalo.
Al que no ha puesto su firma, al que no dejó atrás su foto
al que no estuvo presente, al que no dijo nada,
¿como lo van a agarrar?
¡Borra tus huellas!

Cuídate, cuando pienses que vas a morir,
de que no quede en pie una lápida para denunciar dónde yaces
con una clara inscripción que te señale
y el año de tu muerte, que te delate.
Una vez más:
¡Borra tus huellas!

(Esto me enseñaron)."

Como lo dice el poema de Nicanor Parra, el tiempo borra todo y como lo dice el poema anterior de Bertolt Brecht, nosotros mismos podemos borrar nuestras huellas, en especial si eso nos libera.  Sólo el tiempo puede borrarnos y sólo cada uno de nosotros, en su individualidad, puede borrarse así mismo.

Estos dos poemas me llevaron a una reflexión muy personal: debería ser el tiempo el que se encargue de borrarnos en lugar de que nosotros mismos nos borremos mutuamente. Entonces recordé un tercer poema:

"El hombre es tiempo hecho palabras
El tiempo aniquila al tiempo
El hombre al hombre
La palabra a la palabra
Sin palabra no hay hombre
Sin hombre no hay tiempo"

Éste último poema es de Samuél Vásquez, de su libro Las palabras son puentes que nos separan... Ojalá que PazTICficando logremos que las palabras nos unan...

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