martes, 30 de agosto de 2022

Pensando y escribiendo sobre la realida de siempre...

Errare humanum est, lo importante es reconocer y corregir el error y evitar que se vuelva a repetir. Pero se ha vuelto costumbre lo contrario: repetir los errores por siempre, sin jamás reconocerlos ni corregirlos y castigando a quien se arriesga a recordar esa incómoda verdad.

Entonces, si quien hace el mal o se equivoca es poderoso o es amigo de poderosos, pasa a ser la víctima. Y quien denuncia pasa a ser el verdugo, un enemigo para silenciar y aniquilar.

Por ese camino pasan por encima de principios, normas y de las personas sin poder o de las que no abusan del poder ni de sus amigos con poder. Sin pudor pisotean todo bajo el pretexto de que priman las personas y las instituciones. Pero priman solo ellos y su visión de institución.

Y cuando llegan las consecuencias de su incompetencia, negligencia, maldad y soberbia piden la solidaridad, porque la confunden con complicidad. Incluso culpan a los demás de sus errores, culpan de falta de solidaridad a quienes deciden no ser sus cómplices.
 
Y cuando alguien se atreve a decir las cosas, exigen respeto, porque lo confunden con el miedo. Confunden el respeto con quedarse callados ante el error, porque prefieren un comité de aplausos y una obediencia ciega ante su autoritarismo.

Y llegan al extremo de recriminar, echar en cara lo que han hecho correcto o bueno, porque confunden la gratitud con deudas por pagar, como si eso que es bueno y correcto no fuese su deber sino una dádiva o limosna.
 
De esta manera logran perpetuarse en el poder: manipulan la democracia con la complicidad de unos, con el miedo de otros y cobrando sus deberes como deudas. Y para callar a quienes insisten sin cansancio en transformar esa perversa realidad solo les queda la violencia, física o simbólica.

Lo peor y más triste es que algunos intentan hacer pequeños cambios a la sombra de ese oscuro sistema, bajo la ilusión de que el tiempo hará lo suyo. Pero el tiempo lleva mucho tiempo hablando y mostrando que no es así. Que esos pequeños intentos son inútiles y legitiman esa perversa realidad.

Está bien seguir con esos pequeños intentos, pero sin complicidad, sin miedo y sin pagar deudas y favores por aquello que debe hacerse. Y si decir las verdades incómodas implica obstáculos para esos pequeños intentos, hay que asumirlos siempre con fortaleza y jamás renunciar.

Dice una canción que "dentro de un siglo seremos esa historia de colegio que aburre a los niños porque ya pasó". Entonces solo nos queda insistir.

Ojalá que nuestra eternidad sea mantener vivo todo eso que algunos matan a diario persiguiendo su gloria individual. Como dice la copla "lo que se pierde de gloria se gana de eternidad"...
 
 

Publicado en: https://synentropya.blogspot.com/2022/08/pensado-y-escribiendo-sobre-la-realidad.html

lunes, 22 de agosto de 2022

MOOC EDX Comisión de la verdad

La Universidad Javeriana publicó en su plataforma se cursos MOOC este curso sobre la Comisión de la Verdad:





Ojalá muchas personas hagan este curso y dejaré por aquí mis observaciones tan pronto lo termine. Comienzo a hacerlo ha mismo.

miércoles, 13 de julio de 2022

Comisión de la Verdad - Informe Final

Hablar sobre la guerra en Colombia es complejo y simplificarlo es inapropiado y riesgoso. La Comisión de la Verdad, después de la firma del Acuerdo de Paz y su aprobación en el Congreso de la República, asumió la dificil tarea de escuchar a todas las partes y generar unos informes.

Dejaron un gran trabajo multimedia y cinco (5) grandes libros:

La Paz Grande:
https://www.comisiondelaverdad.co/convocatoria-la-paz-grande-0


Hallazgos y recomendaciones:
https://www.comisiondelaverdad.co/hallazgos-y-recomendaciones-1

Cuando los pájaros no cantaban
https://www.comisiondelaverdad.co/cuando-los-pajaros-no-cantaban


No fue un mal menor:
https://www.comisiondelaverdad.co/no-es-un-mal-menor


La Colombia del exilio
https://www.comisiondelaverdad.co/la-colombia-fuera-de-colombia


Ante toda la sangre derramada, es poca tinta, pero sustanciosa y  valiosa. Ojalá el nuevo gobierno cumpla la promesa de la paz, a diferencia del actual, que se niega a reconocer lo que sucedió.

Como lo dijo el padre Francisco de Roux en la ceremonia de entrega del informe final:

"Cómo nos atrevimos a dejar que pasara 

y cómo nos podemos atrever a permitir que continúe pasando"


Nota:. Dejé una copia comprimida de todos los libros aquí: https://drive.google.com/file/d/1qpKhvdfqjdLQRKlEHILKMNrJhKAaUuye/view?usp=sharing

lunes, 13 de junio de 2022

Cartas a Antonia

Alfredo Molano murió el 31 de octubre de 2019. Había estudiado sociología en la Universidad Nacional, en los tiempos de Camilo Torres, Orlando Fals Borda y Orlando Umaña Luna. Decidió recorrer a Colombia y conocerla al detalle, dejando en sus libros ese legado, para que en este presente y en el futuro incierto no volvamos a repetir los mismos errores, aunque aún los sigamos repitiendo.

Un símbolo de su recorrer por Colombia son sus tenis, con los que trabajó por la paz de Colombia hasta el último momento, pues murió siendo miembro de la Comisión de la Verdad, coordinada por el sacerdote jesuíta Francisco de Roux.

Después de su muerte publicaron el libro Cartas a Antonia, dedicado a su nieta más querida. Es una mezcla de cartas y de diario autobiográfico, que incluye sus últimos días luchando contra un cáncer. Sus últimas palabras escritas que aparecen publicadas en ese libro fueron cinco (5) días antes de su muerte.

De Alfredo Molano solía leer sus columnas en El Espectador, pero nunca había leído un libro suyo. Este libro es muy conmovedor, sobre todo porque la primera parte la escribió mucho antes de que le diagnosticaran el cáncer, de manera que se logra apreciar esa compleja transición entre la alegría y certeza de la vida y la tristeza y cercanía de la muerte.

Como siempre, subrayé algunas partes del libro. Mi memoria ya comienza a fallar y no recuerdo como antes, cuando podía buscar la página, párrafo y línea exacta donde aparecía un texto que me gustaba. Algunas de las cosas que subrayé las publiqué en mis redes sociales, en la medida que avanzaba en la lectura. Dejo aquí algunos fragmentos:

"...Préstame una pestaña para barrer mis penas y atrapar mis alegrías..."

"...Mi papá me soltó como cuando a una cometa se le rompe la cuerda y queda a merced del aire y del vacío..."

"...Yo soñaba, botaba mis sueños a volar. No me los fabricaban como los fabrica ahora la televisión o la internet, las aplicaciones y los juegos de maquinitas. Ninguna deja soñar, están hechas para hacerme soñar lo que quieren y lo que quieren es que yo me parezca a la gente rica, bien vestida, con carros lujosos, piscinas transparentes, playas doradas. ¡Qué triste, amor mio, es no poder fabricar mis sueños!..."

"...No sentí mi propio miedo, pero sentí el de la gente que miraba..."

"...Se nos da lo que necesitamos para hacer vivir nuestra alma. Los cristianos lo llaman Cruz, así, con mayúscula. Otras reliigiones lo llaman Karma. Simplemente nacemos con una característica de la que no podemos desprendernos. Es nuestra..."

"...Mi amor, aquí en Quito, una ciudad muy bonita, estoy mirando las estrellas. Hay muchas, muchas y todas, toditas son distintas. Como las hojas de los árboles. De lejos parecen iguales, pero si las miras de cerquita, verás que todas son distintas. Así son las montañas, todas distintas. Tu mamá, tu papá, tu hermanita, tú y yo, todos somos distintos. En tu clase del colegio también. Cada niña, cada niño es distinto al otro; cada uno vino con su cara, con sus ojos, sus manos distintas a las de otra niña y otro niño. Así nos han hecho..."

"...La tierra, mi adorada Antonia, siempre es la causa de las guerras, inclusive -es triste- entre hermanos y entre padres e hijos..."

"...Según los médicos, ahora habrá una etapa de recuperación. Iré a Honda ocho días y regresaré a Bogotá a retomar muy formalmente la Comisión. Se que orar exige tener derecho a pedir, siempre y cuando se le haya abonado en sacrificio, que es lo que trato de hacer a menudo, entregándome a Su voluntad..."

La paz en Colombia se construye a diario. Después de la firma del Acuerdo de Paz, algunos han querido hacerla trizas,  pero son más los que siguen buscando que sea una realidad. Este libro es una bonita referecia para que los niños y jóvenes e incluso los adultos y viejos conozcan y comprendan la realidad de Colombia, de manera que ese conocimiento y comprensión les permita convencerse y comprometerse con la paz.

Nota: Publicado en SynEntropya

https://synentropya.blogspot.com/2022/06/cartas-antonia.html