Dediqué bastante tiempo del año 2018 leyendo, releyendo y tomando apuntes del libro ¿Cómo mejorar a Colombia? - 25 ideas para reparar el futuro, editado por el profesor Mauricio García Villegas. Cuatrocientos veinticinco (425) páginas en veinticinco (25) capítulos, las ideas de veintiséis (26) colombianos que confían en la posibilidad de cambiar el país y proponen cómo hacerlo, aprovechando que se firmó un acuerdo de paz con las FARC. Como el libro me gustó mucho, después de hacer una primera lectura comencé a llevarlo diariamente a mi Universidad, para releer y escribir en los intervalos "libres", sin clases, asesorías o reuniones. Algunos de mis estudiantes, que me veían todo el tiempo con el libro, guardaban silencio con cara de sorpresa al leer el título. Y otros preguntaban por el resumen, argumentando que era ¡muy grande! Sucedió algo muy particular con un estudiante de último semestre, quien me dijo "¡Uy profe, está como difícil mejorar a Colombia, son muchas páginas!" y por eso el título de esta entrada.
No quiero intentar un resumen del libro. En su lugar, quiero resaltar y comentar algunas frases e ideas que me cautivaron y que coinciden con mi forma de pensar y actuar. También quiero resaltar a las personas que escribieron el libro, pues tengo la costumbre de buscar en Internet toda la información posible sobre los autores de lo que leo. Y la lectura de este libro me cautivó al punto de ver a estas veintiséis personas como súper héroes, quizás producto de esa emocionalidad de la que habla Piedad Bonnett en el capítulo quince (15). Y conocer un poco más sobre los autores que me cautivaron es una forma de sobrellevar ese sentimiento de distancia que plantea Lina Buchely en el capítulo veintiuno (21), pues el libro también me generó una extraña desconexión con mi realidad y mi contexto (Cúcuta, frontera con Venezuela). Así que escribir un poco en este blog me ayuda a "romper el conjuro de que hayamos trabajado tanto para que no cambie nada", como dice Juan Gabriel Gómez Albarello al cerrar el capítulo dieciocho (18).
En consecuencia, a continuación procederé capítulo por capítulo a reseñar algunas frases e ideas del libro, agregando la fotografía de sus autores y un par de direcciones (URL | Link) con información sobre ellos. Esta entrada será una especie de bibliografía anotada. Y si alguien me quiere regalar un libro, aquí encontrará muchas opciones y autores para escoger ;)
Introducción, Ideas para reparar el futuro - Mauricio García Villegas
https://www.dejusticia.org/responsible/mauricio-garcia-villegas/
http://scienti.colciencias.gov.co:8081/cvlac/visualizador/generarCurriculoCv.do?cod_rh=0000616567
http://scienti.colciencias.gov.co:8081/cvlac/visualizador/generarCurriculoCv.do?cod_rh=0000616567
El compilador y editor del libro y autor de la introducción y dos capítulos (el 10 y el 25) es el profesor Mauricio García Villegas, quien ganó en 2018 el Premio Simón Bolívar por su columna Las Heridas de la Mente. La introducción plantea cinco (5) cosas que Colombia necesita conseguir, cuatro (4) condiciones o aspectos a considerar antes de iniciar cualquier proyecto de cambio y siete (7) ideas o dimensiones específicas que deberían abordarse para reparar el futuro del país.
Las cinco cosas a conseguir (sin excluir otras) son: justicia social, democratización, protección del medio ambiente, desarrollo económico y, por su puesto, que estalle la anhelada paz, como lo plantea el capítulo 3.
Las cuatro condiciones o aspectos a considerar son como las precondiciones del algoritmo o los requerimientos no funcionales (usando la jerga de mi disciplina):
- Entender y aceptar que un proyecto de una nueva Colombia después de la guerra implica una visión multidimensional y multiactor, lo que se conoce como un problema blando (soft problem) según Peter Checkland. Siguiendo la metáfora del libro sobre una receta para cocinar una nueva Colombia y relacionando esa metáfora con la Teoría de Sistemas, la clave es conseguir synergya y minimizar la entropya, algo que llamo SynEntropya.
- Planear y obrar con la convicción de que los cambios del país demandan mucho tiempo (y esfuerzo) y abarcan mucho espacio. El autor cita una frase de Oscar Forel: "Quienes creen en el progreso se exponen a la desilusión de haber nacido demasiado temprano". Además de esta cita hay una oración y un párrafo del libro que destacan ésta idea: "...Un rasgo esencial del parroquialismo es la desconfianza frente a quienes no hacen parte del clan, el sitio o el grupo..." - "...Necesitamos otra manera de lidiar con nuestra propia pequeñez individual y social. Otra manera que no sea la religión, la ideología maximalista o el menosprecio por los demás. Necesitamos ampliar nuestra concepción del espacio-tiempo; pensar más en el mediano plazo, menos en la coyuntura; más en la inclusión de los que no pertenecen a nuestro grupo. Todo esto es además un deber de solidaridad con las generaciones que vienen. El dilema entre lo urgente y lo importante es falso en la medida en que conseguir lo importante es una tarea de largo aliento, llena de urgencias que deben empezar a resolverse desde ahora..."
- No podemos cambiar a ciegas, sin conocer la realidad o conociéndola e ignorándola. No podemos seguir intentando soluciones simplemente porque creemos o nos parece que son correctas. "...Necesitamos más y mejor conocimiento. Es muy difícil mejorar si no se sabe cuál es la realidad en la que estamos...En lugar de empezar a solucionar los problemas por la via del conocimiento aquí preferimos otras vías más expeditas y más locuaces, pero menos efectivas".
- "Necesitamos un proyecto colectivo". Cada colombiano tiene algo para aportar y conviene mejorar la cohesión de la sociedad. Citando a Takeuchi: “mire, es que un colombiano es mucho más inteligente que un japonés; pero dos japoneses son mucho más inteligentes que dos colombianos”. Esta idea conecta con el capítulo 1 del profesor Jorge Orlando Melo: "Hay una urgencia casi dramática de que los colombianos consideren a todos sus conciudadanos como miembros de la misma sociedad, dueños de una voz que debe oírse, sin exclusiones ni discriminaciones, y aprendan a discutir entre ellos con un respeto mínimo a las formas decentes de debate y argumentación".
Capítulo 1: Del fracaso a las soluciones a medias ¿Podrá Colombia resolver ahora sus problemas de fondo? - Jorge Orlando Melo
Desde el título el profesor e historiador Jorge Orlando Melo logra mi atención, pues comienza afirmando que en Colombia parecemos tener "un aurea mediocritas": Inicialmente le apostamos a mejorar la raza (supongo que mediante la migración de los "grandes países"), luego a la agricultura (supongo que en particular café y banano) y después a la educación "para formar artesanos y trabajadores". Pero "a pesar de todo el país siguió avanzando a tropezones. Nunca tuvimos el gran crecimiento que por momentos tuvieron Venezuela o Argentina, pero tampoco largos periodos de estancamiento". Históricamente es tan innegable ese fluctuante progreso del país como las debilidades de su sistema político, entre ellas "la falta de tolerancia y respeto a las ideas ajenas". Quizás esto último es lo que propició la guerra de guerrillas y "... aunque la guerrilla nunca avanzó mucho, el Ejército tampoco fue capaz de derrotarla..." y luego vino el narcotráfico y con él un debilitamiento de eso que llaman institucionalidad, esa Promesa Incumplida de la que trata el capítulo 10. Como se afirma a mitad del capítulo "...cada entidad pública, cada municipio, cada departamento, es una mezcla de entidades burocráticas y retóricas donde se habla mucho y se hace poco...".
El profesor concluye su capítulo proponiendo "cambiar la forma de discutir y buscar soluciones. Hay una urgencia casi dramática de que los colombianos consideren a todos sus conciudadanos como miembros de la misma sociedad, dueños de una voz que debe oírse, sin exclusiones ni discriminaciones, y aprendan a discutir entre ellos con un respeto mínimo a las formas decentes de debate y argumentación... La búsqueda de soluciones con la participación conjunta de los más diversos grupos supone en efecto algo muy elemental, pero que ya no sabemos hacer los colombianos: discutir racionalmente; evaluar el peso de los argumentos; entender y escuchar los razonamientos del otro; creer que el dialogo permite encontrar soluciones sin recurrir a la violencia. En las discusiones políticas en vez de un debate sobre las consecuencias y costos de una acción, sobre las razones para su adopción o su rechazo, domina el esfuerzo por destruir o aniquilar a los adversarios, de mostrar que son buenos o malos, corruptos, inteligentes o lagartos...".
Hay una frase que me parece que fabulosa para cerrar este capítulo: "Quizás hemos llegado a un punto en el que lo único que puede ayudar a cambiar en serio es cambiar las mentes: mejorar la educación y el acceso a la cultura". Difícil tarea, ¿podremos ahora que se acabó la guerra resolver este problema de fondo, cambiar nuestras mentes?.
El profesor concluye su capítulo proponiendo "cambiar la forma de discutir y buscar soluciones. Hay una urgencia casi dramática de que los colombianos consideren a todos sus conciudadanos como miembros de la misma sociedad, dueños de una voz que debe oírse, sin exclusiones ni discriminaciones, y aprendan a discutir entre ellos con un respeto mínimo a las formas decentes de debate y argumentación... La búsqueda de soluciones con la participación conjunta de los más diversos grupos supone en efecto algo muy elemental, pero que ya no sabemos hacer los colombianos: discutir racionalmente; evaluar el peso de los argumentos; entender y escuchar los razonamientos del otro; creer que el dialogo permite encontrar soluciones sin recurrir a la violencia. En las discusiones políticas en vez de un debate sobre las consecuencias y costos de una acción, sobre las razones para su adopción o su rechazo, domina el esfuerzo por destruir o aniquilar a los adversarios, de mostrar que son buenos o malos, corruptos, inteligentes o lagartos...".
Hay una frase que me parece que fabulosa para cerrar este capítulo: "Quizás hemos llegado a un punto en el que lo único que puede ayudar a cambiar en serio es cambiar las mentes: mejorar la educación y el acceso a la cultura". Difícil tarea, ¿podremos ahora que se acabó la guerra resolver este problema de fondo, cambiar nuestras mentes?.
Capítulo 2: ¿Qué se puede hacer para consolidar la paz en Colombia? ¿Se puede convencer a los no convencidos? - Jorge Moisés Wasserman
El ex rector de la Universidad Nacional examina el proceso de paz, intenta explicar el fracaso del plebiscito y la oposición que mantiene un sector político pese a la posterior refrendación en el Congreso. Además, plantea la relevancia de las Redes Sociales y del apoyo de la Academia. Concluye proponiendo que "...el primer paso hacia una solución es la generación de confianza... Quizás haya que empezar con algunos gestos generosos de acercamiento, ... pero no somos capaces de creer en los gestos sin haber cambiado antes nuestra actitud...". El profesor plantea la posibilidad de remitirse a la psicología en lugar de la política, usar el "efecto ilusorio de verdad o efecto de reiteración... La reiteración y la constancia son necesarias. La agudeza e inteligencia de las observaciones y de los argumentos también. Los gestos tendrán efecto cuando logren penetrar la coraza de desconfianza, y eso también exige reiteración. Gesto tras gesto, tras gesto, hasta que el contrario se sienta mal de no hacer también él algo..."
Para el contexto universitario, el profesor menciona que "... el gran aporte de la academia al éxito del posconflicto puede estar en la promoción de estrategias paralelas. Por un lado, tiene que producir documentos con la verdad. Hacerlos como son los documentos académicos, objetivos y tranquilos, con argumentación de rigurosa lógica y basados en hechos difícilmente controvertibles...". Hay que equilibrar el trabajo académico con el sentir y el parecer, pues "...es el sentimiento lo que más fácilmente mueve a los humanos a actuar...". Hay que generar confianza por la vía de la reiteración de gestos, para motivar en el otro sentimientos de cambio, de construir sobre lo construido.
Quiero cerrar con un refrán que escuché justo ayer (hoy es 2018/12/27): "en lugar de buscar el muerto río abajo miremos río arriba para ver a quiénes podemos salvar". Creo que debemos apostarle a las dos cosas, a ese equilibrio que también está en el refranero popular: "ni tanto que queme al santo ni tampoco que no lo alumbre". Pues si olvidamos el muerto que va río abajo, nos arriesgamos a que vuelva a ocurrir y entonces seguiremos eternamente con los mismos problemas.
Para el contexto universitario, el profesor menciona que "... el gran aporte de la academia al éxito del posconflicto puede estar en la promoción de estrategias paralelas. Por un lado, tiene que producir documentos con la verdad. Hacerlos como son los documentos académicos, objetivos y tranquilos, con argumentación de rigurosa lógica y basados en hechos difícilmente controvertibles...". Hay que equilibrar el trabajo académico con el sentir y el parecer, pues "...es el sentimiento lo que más fácilmente mueve a los humanos a actuar...". Hay que generar confianza por la vía de la reiteración de gestos, para motivar en el otro sentimientos de cambio, de construir sobre lo construido.
Quiero cerrar con un refrán que escuché justo ayer (hoy es 2018/12/27): "en lugar de buscar el muerto río abajo miremos río arriba para ver a quiénes podemos salvar". Creo que debemos apostarle a las dos cosas, a ese equilibrio que también está en el refranero popular: "ni tanto que queme al santo ni tampoco que no lo alumbre". Pues si olvidamos el muerto que va río abajo, nos arriesgamos a que vuelva a ocurrir y entonces seguiremos eternamente con los mismos problemas.
Capítulo 3: Una deseable paz futura - Santiago Gamboa
Santiago Gamboa es el autor del libro Perder es Cuestión de Método (adaptado al cine bajo la dirección Sergio Cabrebra, famoso por La Estrategia del Caracol). También es autor de los libros Vida Feliz de un Joven Llamado Esteban y Volver a Bogotá. Su capítulo comienza con la expresión !Ha estallado la paz¡, prestada del título de un libro del escritor José María Gironella. Santiago plantea la paz como un término irreconciliable con guerra, como vida y muerte, dos extremos de un mismo eje, uno positivo y otro negativo.
En contraste con la frase de Carl von Clausewitz, "la guerra es la continuación de la política por otros medios", Gamboa propone que "la política es la continuación de la guerra por otros medios en tiempos de paz". Pues la guerra es inherente al ser humano, es anterior al origen de la polis griega, es simplemente la respuesta animal o primitiva ante las inevitables y naturales diferencias y desacuerdos cotidianos: "La política es una especia de dique o terraplen, pero cuando el alto nivel de desacuerdo la desborda, pasa como con los ríos que se salen de cauce. Entonces el hombre abdica de la civilidad y regresa a su estado más primitivo".
El capítulo ilustra con abundantes citas sobre ¿qué es la paz? Por ejemplo "la paz es la libertad en la tranquilidad" de Cicerón y "la paz es la tranquilidad en el orden" de Leibniz. Esta última frase vincula con el capítulo 16 donde Juan Camilo Hernández propone "paz como tranquilidad y no como seguridad". Es fundamental insistir en que la paz resulta de "una negociación entre adversarios", entre personas que piensan y actúan diferente y que se comprometen a convivir, a respetarse y llegar a consensos dentro de las diferencias. Al respecto, en algún lugar que no recuerdo leí o escribí que "las diferencias no implican desavenencias".
Entre las muchas ideas que expone el capítulo 3 para mantener la paz quiero resaltar la importancia de construir una nacionalidad, construir una identidad de colombianos "porque las naciones, al igual que los hombres, se dividen entre las que aún buscan a ese progenitor y las que ya quieren matarlo". Debemos aprovechar los tiempos de paz para "desarrollar in extenso muchas de las buenas ideas que se postergaron en medio del acoso por la rapidez y la urgencia de los tiempos de guerra..., debemos construir nacionalidad a través de las metáforas de la guerra: escribiendo libros, pensando la realidad desde diferentes disciplinas... todo lo que no se puede destruir con bombas: la cultura, educación, la ciencia, el pensamiento".
En contraste con la frase de Carl von Clausewitz, "la guerra es la continuación de la política por otros medios", Gamboa propone que "la política es la continuación de la guerra por otros medios en tiempos de paz". Pues la guerra es inherente al ser humano, es anterior al origen de la polis griega, es simplemente la respuesta animal o primitiva ante las inevitables y naturales diferencias y desacuerdos cotidianos: "La política es una especia de dique o terraplen, pero cuando el alto nivel de desacuerdo la desborda, pasa como con los ríos que se salen de cauce. Entonces el hombre abdica de la civilidad y regresa a su estado más primitivo".
El capítulo ilustra con abundantes citas sobre ¿qué es la paz? Por ejemplo "la paz es la libertad en la tranquilidad" de Cicerón y "la paz es la tranquilidad en el orden" de Leibniz. Esta última frase vincula con el capítulo 16 donde Juan Camilo Hernández propone "paz como tranquilidad y no como seguridad". Es fundamental insistir en que la paz resulta de "una negociación entre adversarios", entre personas que piensan y actúan diferente y que se comprometen a convivir, a respetarse y llegar a consensos dentro de las diferencias. Al respecto, en algún lugar que no recuerdo leí o escribí que "las diferencias no implican desavenencias".
Entre las muchas ideas que expone el capítulo 3 para mantener la paz quiero resaltar la importancia de construir una nacionalidad, construir una identidad de colombianos "porque las naciones, al igual que los hombres, se dividen entre las que aún buscan a ese progenitor y las que ya quieren matarlo". Debemos aprovechar los tiempos de paz para "desarrollar in extenso muchas de las buenas ideas que se postergaron en medio del acoso por la rapidez y la urgencia de los tiempos de guerra..., debemos construir nacionalidad a través de las metáforas de la guerra: escribiendo libros, pensando la realidad desde diferentes disciplinas... todo lo que no se puede destruir con bombas: la cultura, educación, la ciencia, el pensamiento".
Capítulo 4: Una paz incluyente y fundacional - Rodrigo Uprimny
El profesor Uprimny es uno de mis tuiteros favoritos en temas de paz, justicia, derecho, etc. En su disertación sobre el proceso y el tratado de paz menciona la expresión Coyuntura Crítica, de la Teoría de la Complejidad, de lo cual había leído previamente en un libro de Robert W. McChesney, titulado Desconexión Digital, cómo el capitalismo está poniendo a Internet en contra de la democracia.
Quiero resaltar de este capítulo dos aspectos, el problema y un camino de solución: El problema con la guerra es que "no solo destruye la infraestructura económica y drena recursos que podrían ir a la inversión social o a la construcción de obras públicas, sino que además enrarece la discusión pública pues quien es de izquierda es estigmatizado como guerrillero y quien es de derecha, como paramilitar". Hoy deberíamos agregar que aquellos que están en el centro son estigmatizados como tibios. Además, ya que tenemos paz firmada y refrendada legalmente, hoy podríamos cambiar la palabra guerra por violencia (física y simbólica). El problema es que estigmatizamos al otro o como lo plantea Margarita Garrido en el capítulo 17 "encontramos en nuestro país, casi como norma, lenguajes y prácticas permanentes de estereotipación". Y esos estereotipos y estigmas nos distancian, como lo dice Lina Buchely en el capítulo 21: "Romper distancias. Es eso... Las distancias en Colombia están hechas de espera, de tedio y desesperación. Las distancias nos rompen y nos separan en mas sentidos de los que imaginamos. Nos desconectan...".
El camino de solución para romper esas distancias es dialogar, que aquí significa hablar entre opuestos y no entre iguales. Uprimny cita a John Paul Lederach quien ha repetido en varias ocasiones que Colombia necesita aprender a dialogar y propuso la expresión Diálogos Improbables: "Los seres humanos tendemos a conversar con quienes piensan y sienten igual a nosotros, diálogos agradables pero que suelen ser improductivos pues refuerzan nuestros prejuicios... El cambio democrático sustantivo y duradero no surge de espacios de personas que piensan igual, sino cuando logramos espacios de personas no muy probables, esto es de personas que vienen de formas de entender, percibir y ver el mundo muy distintas... Estos diálogos entre personas distintas o de encuentro improbable son difíciles pues pueden llevarnos a dudar de nuestras convicciones más profundas. Pero no debemos eludirlos sino promoverlos pues ¿qué valor tiene una convicción que no nos atrevemos a someter a discusión? Esos diálogos entre improbables son entonces enriquecedores personalmente pues nos permiten descubrir otras visiones y corregir nuestros errores".
Para concluir hasta aquí, nuevamente, el problema es la entropya y la solución es la synergya, algo que llamo SynEntropya.
Quiero resaltar de este capítulo dos aspectos, el problema y un camino de solución: El problema con la guerra es que "no solo destruye la infraestructura económica y drena recursos que podrían ir a la inversión social o a la construcción de obras públicas, sino que además enrarece la discusión pública pues quien es de izquierda es estigmatizado como guerrillero y quien es de derecha, como paramilitar". Hoy deberíamos agregar que aquellos que están en el centro son estigmatizados como tibios. Además, ya que tenemos paz firmada y refrendada legalmente, hoy podríamos cambiar la palabra guerra por violencia (física y simbólica). El problema es que estigmatizamos al otro o como lo plantea Margarita Garrido en el capítulo 17 "encontramos en nuestro país, casi como norma, lenguajes y prácticas permanentes de estereotipación". Y esos estereotipos y estigmas nos distancian, como lo dice Lina Buchely en el capítulo 21: "Romper distancias. Es eso... Las distancias en Colombia están hechas de espera, de tedio y desesperación. Las distancias nos rompen y nos separan en mas sentidos de los que imaginamos. Nos desconectan...".
El camino de solución para romper esas distancias es dialogar, que aquí significa hablar entre opuestos y no entre iguales. Uprimny cita a John Paul Lederach quien ha repetido en varias ocasiones que Colombia necesita aprender a dialogar y propuso la expresión Diálogos Improbables: "Los seres humanos tendemos a conversar con quienes piensan y sienten igual a nosotros, diálogos agradables pero que suelen ser improductivos pues refuerzan nuestros prejuicios... El cambio democrático sustantivo y duradero no surge de espacios de personas que piensan igual, sino cuando logramos espacios de personas no muy probables, esto es de personas que vienen de formas de entender, percibir y ver el mundo muy distintas... Estos diálogos entre personas distintas o de encuentro improbable son difíciles pues pueden llevarnos a dudar de nuestras convicciones más profundas. Pero no debemos eludirlos sino promoverlos pues ¿qué valor tiene una convicción que no nos atrevemos a someter a discusión? Esos diálogos entre improbables son entonces enriquecedores personalmente pues nos permiten descubrir otras visiones y corregir nuestros errores".
Para concluir hasta aquí, nuevamente, el problema es la entropya y la solución es la synergya, algo que llamo SynEntropya.
Capítulo 5: Los enredos de la paz - Francisco Gutiérrez Sanín
Yo titularía este capítulo "las trampas de la paz" o "los enredos de la paz", pues explica con mucho detalle los errores cometidos durante y después del proceso de paz y diferencias irreconciliables sobre muchos temas como: la reforma agraria; la posición de un grupo político sobre un modelo de justicia implacable para las FARC y otro flexible para los militares y gobernantes involucrados en las muertes y desapariciones de la guerra; la entrega de dinero, armas, cultivos y rutas de narcotráfico por parte de las FARC; los apoyos y traiciones de los políticos al plebiscito; la desaparición y asesinato de líderes sociales después de firmado el acuerdo y, en general, la visión de algunos sobre la necesidad de "hacer trizas ese maldito papel que llaman acuerdo final con las FARC".
Quiero destacar un fragmento de la conclusión donde aparece con claridad la solución que propone el profesor Francisco Gutierrez: "Es un hecho que todos los procesos de paz son una sucesión de crisis, muchas de ellas de difícil resolución. Como dice Boyce, la paz necesariamente opera sobre las viejas contradicciones que dieron origen a la guerra, pero en una situación en la que los actores aún no tienen los recursos intelectuales, institucionales y sociales para encontrar con facilidad soluciones constructivas". Por eso resulta indispensable mirar el pasado, repensar y planear el futuro.
Quiero destacar un fragmento de la conclusión donde aparece con claridad la solución que propone el profesor Francisco Gutierrez: "Es un hecho que todos los procesos de paz son una sucesión de crisis, muchas de ellas de difícil resolución. Como dice Boyce, la paz necesariamente opera sobre las viejas contradicciones que dieron origen a la guerra, pero en una situación en la que los actores aún no tienen los recursos intelectuales, institucionales y sociales para encontrar con facilidad soluciones constructivas". Por eso resulta indispensable mirar el pasado, repensar y planear el futuro.
Capítulo 6: De la memoria a la historia. Colombia en busca de una nueva representación de su pasado - Ricardo Peñaranda Supelano
La lectura de éste capítulo me hizo recordar un libro y dos frases. El libro es Traiciones de la memoria de Hector Abad Faciolince (autor del capítulo 23) y las frases son de Heidegger y Pablo Freire:
- “Sólo cuando nos volvemos con el pensar hacia lo ya pensado, estamos al servicio de lo por pensar” (Heidegger).
- "Ver de nuevo lo antes visto casi siempre implica ver ángulos no percibidos. La lectura posterior del mundo puede realizarse de forma más crítica, menos ingenua, más rigurosa” (Pablo Freire).
El profesor Ricardo Peñaranda Supelano expone la importancia de la historia como disciplina que reconstruye el pasado para superarlo. Comienza explicando que los colombianos tenemos vergüenza por nuestro pasado o no lo conocemos o creemos conocerlo pero con interpretaciones simplistas o catastróficas. Además, recuerda la poca importancia que se ha dado a la historia en las políticas educativas de Colombia, al extremo de que las escuelas colombianas no tuvieron una asignatura de historia durante 23 años (desde 1994 hasta 2017) y muchos colombianos hemos conocido sobre el pasado del país a través de la literatura y el cine, en lugar de una educación formal y rigurosa. Pienso que el Centro Nacional de Memoria Histórica es clave y ojalá el nuevo gobierno permita que se siga conduciendo como hasta ahora o mejor.
Hay un párrafo muy interesante que quiero transcribir completo para cerrar y que resume lo que me gustó de este capítulo:
"La amenaza que representa el 'olvido profundo' puede ir desde el olvido por borramiento deliberado de las huellas testimoniales hasta el olvido traumático, fruto de un bloqueo psicológico que actúa como mecanismo defensivo, pasando por el olvido por imposición como resultado de la amenaza directa de los victimarios o como política de Estado. Frente a este reto no podemos, sin embargo, responder con la demanda imposible de una 'memoria total'. Por el contrario, debemos defender la posibilidad de alcanzar lo que Ricoeur denominó la 'justa memoria': aquella que nos protege de la destrucción de las huellas de lo ocurrido, pero también de los 'abusos de la memoria' incluidos su manipulación o los excesos conmemorativos, que pretenden anclarnos al pasado".
Hay un párrafo muy interesante que quiero transcribir completo para cerrar y que resume lo que me gustó de este capítulo:
"La amenaza que representa el 'olvido profundo' puede ir desde el olvido por borramiento deliberado de las huellas testimoniales hasta el olvido traumático, fruto de un bloqueo psicológico que actúa como mecanismo defensivo, pasando por el olvido por imposición como resultado de la amenaza directa de los victimarios o como política de Estado. Frente a este reto no podemos, sin embargo, responder con la demanda imposible de una 'memoria total'. Por el contrario, debemos defender la posibilidad de alcanzar lo que Ricoeur denominó la 'justa memoria': aquella que nos protege de la destrucción de las huellas de lo ocurrido, pero también de los 'abusos de la memoria' incluidos su manipulación o los excesos conmemorativos, que pretenden anclarnos al pasado".
Capítulo 7: Imaginación y Memoria - Juan Gabriel Vásquez
Juan Gabriel Vásquez es un escritor colombiano exitoso y premiado. Se destaca dentro de su obra la novela El ruido de las cosas al caer. La propuesta en éste capítulo de Juan Gabriel contrasta con el capítulo anterior: Que con imaginación, ficción y arte se puede mantener y difundir la memoria histórica de la guerra en Colombia, logrando un mayor público, pues las formalidades de la historia como disciplina no llegan a muchas personas o no consiguen cautivar para trascender hacia el objetivo de superar el pasado y construir un futuro mejor.
La lectura de éste capítulo me recordó la obra de teatro Labio de liebre, de Fabio Rubiano. Pues se trata de aprovechar al arte como recurso para mantener vivos los recuerdos pero evitando que se alimente el rencor y se allane el camino para la venganza y procurando alimentar el perdón y la construcción colectiva de la paz.
Por último, la propuesta de Juan Gabriel Vásquez es similar a la que hace Hector Abad Faciolince en el capítulo 23: que los escritores de ficción nos ayuden a soñar utopías y distopías partiendo de nuestra realidad histórica, aprovechando la idiosincrasia emocional del colombiano, como lo afirma Piedad Bonnet en el capítulo 15 y promoviendo la reconstrucción desde abajo con berraquera, como lo plantea el próximo capítulo.
La lectura de éste capítulo me recordó la obra de teatro Labio de liebre, de Fabio Rubiano. Pues se trata de aprovechar al arte como recurso para mantener vivos los recuerdos pero evitando que se alimente el rencor y se allane el camino para la venganza y procurando alimentar el perdón y la construcción colectiva de la paz.
Por último, la propuesta de Juan Gabriel Vásquez es similar a la que hace Hector Abad Faciolince en el capítulo 23: que los escritores de ficción nos ayuden a soñar utopías y distopías partiendo de nuestra realidad histórica, aprovechando la idiosincrasia emocional del colombiano, como lo afirma Piedad Bonnet en el capítulo 15 y promoviendo la reconstrucción desde abajo con berraquera, como lo plantea el próximo capítulo.
Capítulo 8: "Pa' lante es pa'ya": Las mujeres desplazadas y la reconstrucción desde abajo - Julieta Lemaitre Ripoll
https://jepvisible.com/julieta-lemaitre-ripoll
http://scienti.colciencias.gov.co:8081/cvlac/visualizador/generarCurriculoCv.do?cod_rh=0000040207
http://scienti.colciencias.gov.co:8081/cvlac/visualizador/generarCurriculoCv.do?cod_rh=0000040207
Julieta Lemaitre es en la actualidad Magistrada de la Jurisdicción Especial para la Paz, iniciativa en la que confiamos algunos pero que es criticada y atacada por otros. Creo que éste capítulo es representativo de lo que es el pueblo colombiano, como lo dice al iniciar:
"Colombia es un país de reconstrucción: de una masiva reconstrucción desde abajo hecha por los pobres y con muy poca ayuda del Estado. Es un país que con todas sus diferencias regionales y étnicas se ha caracterizado por su gran capacidad para huir de la violencia y para ... 'salir adelante'. Esta experiencia de reconstrucción desde abajo se expresa en las varillas de hierro que desde la plancha de tantas casas colombianas anuncia la determinación de proyectarse a un segundo piso..."
En éste capítulo se logra explicar muy bien el papel fundamental de la mujer en la sociedad colombiana. No tanto de las mujeres que figuran en medios de comunicación y organismos de gobierno sino de las mujeres pobres, mujeres cabezas de hogar, mujeres perseguidas y agredidas, quienes superan todos los obstáculos para mantener la unidad familiar, que luchan por el bienestar y futuro de sus hijos y de su comunidad. Julieta Lemaitre consigue explicar de manera maravillosa que la mujer colombiana ha sido capaz de mantener un país en el que los hombres estuvieron ocupados en la guerra por más de medio siglo.
Pero el capítulo no se limita al feminismo. También consigue mostrar la importancia de los líderes sociales (hombres o mujeres), de lo fundamental que resulta para Colombia valorar y promover el liderazgo para la reconstrucción del país desde abajo y de las grandes dificultades que se enfrentan, como la corrupción y el asesinato de líderes sociales, que aún no para. Mientras escribo estas líneas ya son más 438 líderes sociales asesinados desde enero de 2017.
Desde el título y hasta el final de éste capítulo, Julieta Lemaitre nos ofrece un texto esperanzador, podemos "soñar con un futuro en el que como país también logremos salir adelante. Y esto hay que hacerlo con urgencia. Pa' lante es pa' ya".
"Colombia es un país de reconstrucción: de una masiva reconstrucción desde abajo hecha por los pobres y con muy poca ayuda del Estado. Es un país que con todas sus diferencias regionales y étnicas se ha caracterizado por su gran capacidad para huir de la violencia y para ... 'salir adelante'. Esta experiencia de reconstrucción desde abajo se expresa en las varillas de hierro que desde la plancha de tantas casas colombianas anuncia la determinación de proyectarse a un segundo piso..."
En éste capítulo se logra explicar muy bien el papel fundamental de la mujer en la sociedad colombiana. No tanto de las mujeres que figuran en medios de comunicación y organismos de gobierno sino de las mujeres pobres, mujeres cabezas de hogar, mujeres perseguidas y agredidas, quienes superan todos los obstáculos para mantener la unidad familiar, que luchan por el bienestar y futuro de sus hijos y de su comunidad. Julieta Lemaitre consigue explicar de manera maravillosa que la mujer colombiana ha sido capaz de mantener un país en el que los hombres estuvieron ocupados en la guerra por más de medio siglo.
Pero el capítulo no se limita al feminismo. También consigue mostrar la importancia de los líderes sociales (hombres o mujeres), de lo fundamental que resulta para Colombia valorar y promover el liderazgo para la reconstrucción del país desde abajo y de las grandes dificultades que se enfrentan, como la corrupción y el asesinato de líderes sociales, que aún no para. Mientras escribo estas líneas ya son más 438 líderes sociales asesinados desde enero de 2017.
Desde el título y hasta el final de éste capítulo, Julieta Lemaitre nos ofrece un texto esperanzador, podemos "soñar con un futuro en el que como país también logremos salir adelante. Y esto hay que hacerlo con urgencia. Pa' lante es pa' ya".
Capítulo 9: La paz territorial - Sergio Jaramillo
Hay un libro del año 2014 que publicó La Silla Vacía, titulado Los Superpoderosos. En ese libro leí un perfil muy interesante de quien es considerado uno de los principales protagonistas del proceso de paz con las FARC. Por eso el capítulo 9 muestra el panorama de lo que se espera del futuro de Colombia después de los acuerdos. En éste capítulo se encuentran lugares comunes del proceso de paz como la distribución de la tierra, la participación en política de la guerrilla, la reforma agraria, el manejo de cultivos ilícitos y la verdad y reparación para las víctimas. Pero algo que considero fundamental es la necesidad de conseguir que el Estado sea una realidad de hecho y no solo de derecho y que lo sea, como dice el título, en toda la geografía del país, en todo el territorio.
Pienso que hay una relación conceptual entre éste capítulo y el siguiente, de modo que me centraré en la frase "que el Estado sea una realidad de hecho y no solo de derecho", para lo cual quiero citar dos fragmentos donde se repite la misma idea:
Pienso que hay una relación conceptual entre éste capítulo y el siguiente, de modo que me centraré en la frase "que el Estado sea una realidad de hecho y no solo de derecho", para lo cual quiero citar dos fragmentos donde se repite la misma idea:
- "Es bien sabido que es imposible garantizar derechos de manera sostenida si no existen unas instituciones fuertes. Y no me refiero solamente a entidades sino al conjunto de prácticas y normas que regulan la vida pública y que son indispensables para la creación de condiciones de cooperación y convivencia". Aquí se deja claro que en Colombia siempre hemos tenido fallas de institucionalidad: mucho de derecho, de normas y leyes pero la realidad es diferente, la práctica cotidiana, el hecho, es contraria al espíritu de las normas.
- "Pero tampoco se trata de que las comunidades se organicen por su cuenta. Esa es una lógica de fragmentación que ha sido nuestra enfermedad histórica. Lo que necesitamos es imponer una lógica de inclusión e integración territorial basada en una nueva alianza entre el estado y las comunidades para construir conjuntamente institucionalidad en el territorio. Institucionalidad entendida nuevamente no sólo como la presencia de entidades estatales sino como el establecimiento conjunto de prácticas y normas que regulen la vida pública y produzcan bienestar". Esta idea se relaciona mucho con la propuesta sobre reconstrucción desde abajo de Julieta Lemaitre en el capítulo anterior, pero agregando la importancia de disponer de instituciones fuertes.
Básicamente Sergio Jaramillo plantea que debemos implementar cambios en nuestra cotidianidad, transformaciones en lo que hacemos y cómo lo hacemos, pues hay un marco legal que no se ha cumplido y ese incumplimiento es, en gran parte, la causa del conflicto. El capítulo finaliza insistiendo en la importancia de la imaginación para la paz y que si fracasamos no tendremos una segunda oportunidad.
Capítulo 10: La promesa incumplida - Mauricio García Villegas
https://www.dejusticia.org/responsible/mauricio-garcia-villegas/
http://scienti.colciencias.gov.co:8081/cvlac/visualizador/generarCurriculoCv.do?cod_rh=0000616567
http://scienti.colciencias.gov.co:8081/cvlac/visualizador/generarCurriculoCv.do?cod_rh=0000616567
Por ser el editor del libro y por el título, salté a este capítulo después de haber leído la introducción. Comienza citando el ensayo El Triunvirato Parroquial de José María Samper (encontré una versión en línea después de buscar mucho), según el cual las regiones tienen una trinidad de poder entre el cura, el gamonal y el tinterillo, que representan los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, pero que condenan a las regiones a un oscurantismo social, político y económico. El planteamiento central es que en Colombia la promesa de un Estado de Derecho ha llegado en la práctica sólo a las grandes ciudades y en el resto de la diversa y compleja geografía del país esa promesa se ha incumplido. El profesor Mauricio dice citando al expresidente Gustavo Bell que "en Colombia tenemos más Geografía que Estado", hay dos países, uno legal (en el papel, de Derecho) y otro informal (en la práctica, de hecho). De aquí mi idea de escribir "que el Estado sea una realidad de hecho y no solo de derecho".
Hay una idea muy interesante que plantea éste capítulo sobre cuatro tipos de Estado en las regiones de Colombia:
Hay varias cifras, referencias y mapas de los cuales se puede concluir que el El Triunvirato Parroquial del que hablaban en el siglo XIX persiste en el actual siglo XXI. No se está negando que con el tiempo han existido progresos, pero, como se indica en el capítulo 1, tenemos "un aurea mediocritas". Tampoco se está afirmando que el cura, el gamonal y el tinterillo siguen existiendo de la misma forma que en el siglo XIX. En su lugar, hoy en día hay carteles de jueces, fiscales, senadores y funcionarios del ejecutivo. Y lo peor es que suelen existir alianzas de estos últimos con grupos armados de guerrilla, paramilitarismo, narcotráfico y bandas criminales, en muchas ocasiones con apoyo de las fuerzas armadas del Estado. Yo me atrevería a afirmar que esa figura teológica del triunvirato logró mantenerse durante dos siglos porque se alió con su homólogo en el infierno: la autodefensa (guerrilla y paramilitarismo), la delincuencia (el narcotráfico y la delincuencia en general) y la defensa nacional (fuerzas armadas de Colombia). Afortunádamente se firmó la paz y ojalá el actual gobierno de Duque mantenga esa línea y logre consolidarla.
Hay una idea muy interesante que plantea éste capítulo sobre cuatro tipos de Estado en las regiones de Colombia:
- Estado local en disputa: donde existen actores armados que se pelean con el gobierno por el territorio, sus riquezas y por el poder social, económico y político.
- Estado local paralelo: donde el casco urbano suele estar libre de actores armados y bajo el poder del gobierno pero las áreas rurales son dominadas por actores armados.
- Estado local coaptado: donde hay alianzas entre los gobernantes y los grupos armados y éstos últimos delinquen a la sombra de la corrupción, en un círculo vicioso para mantener el poder.
- Estado local abandonado: donde hay un total abandono del Estado y afortunádamente no existen grupos armados pero tampoco hay acciones encaminadas al desarrollo de la región.
Hay varias cifras, referencias y mapas de los cuales se puede concluir que el El Triunvirato Parroquial del que hablaban en el siglo XIX persiste en el actual siglo XXI. No se está negando que con el tiempo han existido progresos, pero, como se indica en el capítulo 1, tenemos "un aurea mediocritas". Tampoco se está afirmando que el cura, el gamonal y el tinterillo siguen existiendo de la misma forma que en el siglo XIX. En su lugar, hoy en día hay carteles de jueces, fiscales, senadores y funcionarios del ejecutivo. Y lo peor es que suelen existir alianzas de estos últimos con grupos armados de guerrilla, paramilitarismo, narcotráfico y bandas criminales, en muchas ocasiones con apoyo de las fuerzas armadas del Estado. Yo me atrevería a afirmar que esa figura teológica del triunvirato logró mantenerse durante dos siglos porque se alió con su homólogo en el infierno: la autodefensa (guerrilla y paramilitarismo), la delincuencia (el narcotráfico y la delincuencia en general) y la defensa nacional (fuerzas armadas de Colombia). Afortunádamente se firmó la paz y ojalá el actual gobierno de Duque mantenga esa línea y logre consolidarla.
El profesor Mauricio también intenta explicar por qué persiste el Triunvirato Parroquial:
- Porque la geografía de Colombia es muy diversa y de difícil acceso y se genera un círculo vicioso en el que no hay progreso en materia de transporte, comunicaciones y economía porque la institucionalidad no llega desde las capitales hacia las provincias.
- Segundo porque, afortunádamente, nunca hubo conflictos externos con países vecinos. Norte de Santander y Cúcuta son una muestra perfecta de que no existíamos para el gobierno central (salvo en elecciones) hasta que los problemas de Venezuela crecieron y nos generaron visibilidad.
- Tercero por una visión Conservadora clásica de terratenientes, el apego por la tierra y el poder.
- Cuarto porque con el tiempo las regiones desarrollaron autonomía y rechazo hacia los gobernantes de las capitales, generando un bloqueo de las regiones, un círculo vicioso de federalismo y centralismo.
- Por último, todo lo anterior lleva a la anomia (ésta palabra para mi fue nueva), que se oculta detrás del conflicto armado y la preocupación por la tiranía o la anarquía.
Para concluir quiero transcribir completo el párrafo final del capítulo:
"A los colombianos se nos olvida que los estados democráticos que funcionan bien, progresan y garantizan los derechos (incluso en América Latina) lograron ser lo que son porque hicieron un esfuerzo enorme (intelectual, administrativo y económico) que duró muchas décadas, a veces siglos, y que estuvo destinado a construir instituciones democráticas y operantes que colmaron todo el territorio y que estuvieron dotadas de una burocracia informada, autónoma y eficiente. Muchos de nuestros gobernantes creen que nosotros podemos saltarnos esa tarea, como de hecho se la han saltado promulgando leyes y constituciones que hacen en el papel lo que no se ha hecho en la realidad: cumplir con la promesa republicana de llevar el Estado a todas partes. En esa creencia se equivocan: mientras esa promesa no se cumpla en la práctica, ésta seguirá siendo un república de papel, trémula y quebrantable".
Capítulo 11: El acuerdo con las FARC y los cultivos ilícitos: Una oportunidad en trance de perderse - Andrés López Restrepo
http://www.fce.unal.edu.co/maestria-en-estudios-politicos/profesores.html
http://worldcat.org/identities/lccn-no95053266/
http://worldcat.org/identities/lccn-no95053266/
Muchos creían que Colombia mejoraría con la muerte de Pablo Escobar, pues representaba el narcotráfico del país y ese era el enemigo a derrotar. Pero luego vino una época de narcotráfico aún más compleja. El profesor Andrés López Restrepo ha estudiado mucho éste fenómeno del narcotráfico y plantea que Colombia debe revisar en detalle sus tres dimensiones: consumo, tráfico y cultivo.
En materia de consumo es fundamental entender la dimensión de salud pública y dejar de perseguir al consumidor. El tráfico es una dimensión mucho más compleja, por las alianzas que existen en las regiones y por el abandono del que ya se habló en los dos capítulos anteriores. Así mismo, en la dimensión de producción, el cultivo de drogas debe enfrentarse con una política de sustitución de cultivos y oportunidades de empleo y desarrollo económico. Lo dicen los expertos y lo dicen los mismos campesinos. Si desaparece el abandono del Estado a las regiones, si se cumple la promesa, habrá menos oportunidades para que la gente base su economía en el cultivo y tráfico de drogas. Pero Colombia persiste en una política de erradicación en lugar de sustitución y esto genera un círculo vicioso. "Colombia persiste en hacer lo que no funciona".
Quiero cerrar citando un trabajo del mismo profesor que se titula "El problema de las manos sucias y la política", pues pienso que Pablo Escobar murió pero se mantuvo su legado de alianzas con la política y esa es una cuarta dimensión que conviene abordar en materia de narcotráfico, un negocio que maneja riquezas suficientes para financiar campañas y sobornar a las personas que tienen el poder de transformar el país, para bien o para mal.
En materia de consumo es fundamental entender la dimensión de salud pública y dejar de perseguir al consumidor. El tráfico es una dimensión mucho más compleja, por las alianzas que existen en las regiones y por el abandono del que ya se habló en los dos capítulos anteriores. Así mismo, en la dimensión de producción, el cultivo de drogas debe enfrentarse con una política de sustitución de cultivos y oportunidades de empleo y desarrollo económico. Lo dicen los expertos y lo dicen los mismos campesinos. Si desaparece el abandono del Estado a las regiones, si se cumple la promesa, habrá menos oportunidades para que la gente base su economía en el cultivo y tráfico de drogas. Pero Colombia persiste en una política de erradicación en lugar de sustitución y esto genera un círculo vicioso. "Colombia persiste en hacer lo que no funciona".
Quiero cerrar citando un trabajo del mismo profesor que se titula "El problema de las manos sucias y la política", pues pienso que Pablo Escobar murió pero se mantuvo su legado de alianzas con la política y esa es una cuarta dimensión que conviene abordar en materia de narcotráfico, un negocio que maneja riquezas suficientes para financiar campañas y sobornar a las personas que tienen el poder de transformar el país, para bien o para mal.
Capítulo 12: Reconocimientos y transformaciones en las culturas políticas de la izquierda - Fabio López de la Roche
El país necesita "cambiar las mentes", como lo dice el profesor Melo en el capítulo 1. En éste capítulo el profesor Fabio López intenta eso, un cambio en la manera como Colombia percibe e interactua con la izquierda política.
Colombia tiene en su imaginario que existe la derecha y la izquierda. Y el poder siempre lo ha tenido la derecha y ésta se ha encargado de promover la idea de que la izquierda es mala, que la izquierda representa el monstruo del comunismo, Cuba y su revolución y la guerrilla. Y durante el proceso de paz y aún después de refrendado el acuerdo, la derecha (la más extrema) insiste en "hacer trizas ese maldito papel" en el que Santos le vendió el país al comunismo. Hay mucho de estereotipo y de estigmatización respecto a la izquierda.
El profesor Fabio explica que la izquierda en Colombia tiene un legado de contribuciones históricas en materia de modernización y democratización de la sociedad y en materia de construcción cultural e intelectual. Además, sus contribuciones han sido trascendentales como los logros en materia de participación ciudadana que promovió la Constitución de 1991 bajo el liderazgo del M19 y recientemente los logros del estatuto de oposición. No se niega que la izquierda tenga lastres de los cuales debe zafarse, como el ideario de la lucha armada, el monólogo marxista, entre otros. Pero la izquierda es muy necesaria, no sólo para ejercer el control político, como lo ha venido haciendo al investigar, denunciar y combatir escándalos de corrupción sino para construir un país más diverso y tolerante.
Sin embargo, aunque la izquierda se transforme y mejore, siempre dependerá de la derecha. Tanto la derecha como la izquierda colombiana deben renovarse en materia de discursos, actitudes y prácticas. Deben dejar el dogmatismo, el sectarismo, la estigmatización, la intolerancia y esa visión equivocada de que derecha-izquierda son amigo-enemigo. Lo que se requiere es aprender a trabajar juntos dentro de las diferencias y conseguir consensos para mejorar a Colombia.
Colombia tiene en su imaginario que existe la derecha y la izquierda. Y el poder siempre lo ha tenido la derecha y ésta se ha encargado de promover la idea de que la izquierda es mala, que la izquierda representa el monstruo del comunismo, Cuba y su revolución y la guerrilla. Y durante el proceso de paz y aún después de refrendado el acuerdo, la derecha (la más extrema) insiste en "hacer trizas ese maldito papel" en el que Santos le vendió el país al comunismo. Hay mucho de estereotipo y de estigmatización respecto a la izquierda.
El profesor Fabio explica que la izquierda en Colombia tiene un legado de contribuciones históricas en materia de modernización y democratización de la sociedad y en materia de construcción cultural e intelectual. Además, sus contribuciones han sido trascendentales como los logros en materia de participación ciudadana que promovió la Constitución de 1991 bajo el liderazgo del M19 y recientemente los logros del estatuto de oposición. No se niega que la izquierda tenga lastres de los cuales debe zafarse, como el ideario de la lucha armada, el monólogo marxista, entre otros. Pero la izquierda es muy necesaria, no sólo para ejercer el control político, como lo ha venido haciendo al investigar, denunciar y combatir escándalos de corrupción sino para construir un país más diverso y tolerante.
Sin embargo, aunque la izquierda se transforme y mejore, siempre dependerá de la derecha. Tanto la derecha como la izquierda colombiana deben renovarse en materia de discursos, actitudes y prácticas. Deben dejar el dogmatismo, el sectarismo, la estigmatización, la intolerancia y esa visión equivocada de que derecha-izquierda son amigo-enemigo. Lo que se requiere es aprender a trabajar juntos dentro de las diferencias y conseguir consensos para mejorar a Colombia.
Capítulo 13: Reforma a la política, reformas políticas y consolidación de la paz - Clara Rocío Rodríguez Pico
Este capítulo es sobre la necesidad de cambiar la política en Colombia y de hacer esos cambios por consenso y con las formalidades que garanticen su permanencia en el tiempo. Recordé el libro "Y refundaron la Patria... de cómo los mafiosos y políticos reconfiguraron el Estado Colombiano", pues la necesidad de hacer cambios a veces lleva a extremos como los que narra ese otro libro.
Y nuevamente regreso a la idea que mencioné de Peter Checkland cuando escribí sobre la introducción del libro: hay un problema blando (soft problem), hay diferentes grupos de personas que consideran necesario hacer cambios. Pero esos grupos de personas deben conseguir synergya, deben pensar en conjunto y para el conjunto. Y aunque el proceso de paz fue una oportunidad propicia para hacer cambios trascendentales en la política, se limitó a crear unas curules para los guerrilleros desmovilizados y las víctimas, pero lo demás siguió igual.
Por ejemplo, en la actualidad hay una crisis de legitimidad del Fiscal General de la Nación por conflictos de intereses en el escándalo de Odebrecht, como sucedió previamente por la extradición del Fiscal Anticorrupción y el cartel de jueces y como sucedió con la Procuraduría por la reelección y con la reelección del Presidente y el escándalo de la izquierda por la relación entre los Nule y el ex alcalde Samuel Moreno y una larga lista de escándalos de pseudocorrupción, pues jamás se han resuelto y muchos de los involucrados siguen en la vida pública y dentro del Estado. Eso es algo que tiene cambiar. Pero también existen relaciones comprobadas entre grupos ilegales y políticos: las farcpolítica, la parapolítica, la narcopolítica, la yidispolítica, la nulepolítica y una lista igual o más larga que la anterior. Y cuando se han intentado reformas desde el Congreso, el mismo congreso se ha encargado de hundirlas.
El problema fundamental a resolver es la corrupción, un problema muy complejo. Y el párrafo inicial de éste capítulo resume eso como causa raíz para una reforma política: "Una desprevenida mirada a nuestro día a día deja al descubierto escándalos de corrupción en los que desaparecen millonarios recursos públicos, relaciones comprobadas de políticos y partidos de todos los colores con actores ilegales también variopintos, oscuros manejos en la financiación de campañas y organizaciones políticas, ausencia de responsabilidad de actores gubernamentales, así como evidencia de que funcionarios electos o nombrados en el Gobierno, en el Congreso, en el nivel territorial e incluso en la rama judicial privilegian sus propios intereses sobre los del colectivo".
Y nuevamente regreso a la idea que mencioné de Peter Checkland cuando escribí sobre la introducción del libro: hay un problema blando (soft problem), hay diferentes grupos de personas que consideran necesario hacer cambios. Pero esos grupos de personas deben conseguir synergya, deben pensar en conjunto y para el conjunto. Y aunque el proceso de paz fue una oportunidad propicia para hacer cambios trascendentales en la política, se limitó a crear unas curules para los guerrilleros desmovilizados y las víctimas, pero lo demás siguió igual.
Por ejemplo, en la actualidad hay una crisis de legitimidad del Fiscal General de la Nación por conflictos de intereses en el escándalo de Odebrecht, como sucedió previamente por la extradición del Fiscal Anticorrupción y el cartel de jueces y como sucedió con la Procuraduría por la reelección y con la reelección del Presidente y el escándalo de la izquierda por la relación entre los Nule y el ex alcalde Samuel Moreno y una larga lista de escándalos de pseudocorrupción, pues jamás se han resuelto y muchos de los involucrados siguen en la vida pública y dentro del Estado. Eso es algo que tiene cambiar. Pero también existen relaciones comprobadas entre grupos ilegales y políticos: las farcpolítica, la parapolítica, la narcopolítica, la yidispolítica, la nulepolítica y una lista igual o más larga que la anterior. Y cuando se han intentado reformas desde el Congreso, el mismo congreso se ha encargado de hundirlas.
El problema fundamental a resolver es la corrupción, un problema muy complejo. Y el párrafo inicial de éste capítulo resume eso como causa raíz para una reforma política: "Una desprevenida mirada a nuestro día a día deja al descubierto escándalos de corrupción en los que desaparecen millonarios recursos públicos, relaciones comprobadas de políticos y partidos de todos los colores con actores ilegales también variopintos, oscuros manejos en la financiación de campañas y organizaciones políticas, ausencia de responsabilidad de actores gubernamentales, así como evidencia de que funcionarios electos o nombrados en el Gobierno, en el Congreso, en el nivel territorial e incluso en la rama judicial privilegian sus propios intereses sobre los del colectivo".
Capítulo 14: Un parto de los montes. Apuntes sobre la paz en Colombia - Antanas Mockus
Fue el profesor Mockus quien avivó de nuevo en mí la llama de escribir, gracias a la charla "La Ciencia en el Mundo Contemporáneo". Allí menciona lo siguiente: "Porque si lo escribo se vuelve juzgable independiente de mí" (minuto 17, segundos 19 al 24). La escritura pasa a ser ese instrumento que facilita el debate racional, el debate de ideas y argumentos, en lugar de la competencia subjetiva de poderes y jerarquías, gustos y disgustos, pareceres, dogmas, divinidades y toda clase de "fueques".
En el capítulo 14 el profesor Mockus inicia contextualizando el proceso de paz y acuerdos con las FARC en el marco de la lucha mundial contra el terrorismo, lucha que tomó relevancia después de los atentados en USA el 11 de septiembre de 2001. Luego expone brevemente seis (6) ideas sobre cambios o transformaciones que debemos realizar en Colombia y cierra enfatizando en una de ellas, la educación como principal instrumento de cambio, en especial la educación para fortalecer la clase media:
"Si se cuentan estudiantes y profesores, la educación ya es, sin lugar a dudas, en Colombia la actividad económica que más horas y personas involucra. En cifras muy aproximadas cerca de doce millones de estudiantes son atendidos por cerca de 700.000 docentes. No es difícil imaginar el tamaño de daño que puede producir la falta de rigor por laxitud en el uso del tiempo...
Una academia poco rigurosa siembra el incumplimiento, la irresponsabilidad, la mediocridad. Hay que evitar que el clientelismo y las otras clases de corrupción campeen desde la entrada a las universidades. Quien convive y transa con la corrupción durante su formación queda prácticamente programado para seguir por el mal camino. O en el mejor de los casos, como se dice, queda con los dos chips: sabe jugar limpio; pero también, si fuere necesario, sabe jugar sucio...
Si la tolerancia hacia la corrupción en todas las esferas (pública, privada, universitaria) continúa, el estruendo del parto de los montes solamente habrá parido un ratoncito".
En el capítulo 14 el profesor Mockus inicia contextualizando el proceso de paz y acuerdos con las FARC en el marco de la lucha mundial contra el terrorismo, lucha que tomó relevancia después de los atentados en USA el 11 de septiembre de 2001. Luego expone brevemente seis (6) ideas sobre cambios o transformaciones que debemos realizar en Colombia y cierra enfatizando en una de ellas, la educación como principal instrumento de cambio, en especial la educación para fortalecer la clase media:
- Mejorar la gestión pública. Esta idea se relaciona con lo que mencionaron Sergio Jaramillo y Mauricio García en los capítulos 9 y 10: "que el Estado sea una realidad de hecho y no solo de derecho". Pero Mockus le apuesta a una mayor granularidad de la gestión pública, por su experiencia en la Alcaldía de Bogotá. Quienes hemos tenido la oportunidad de trabajar al interior de entidades públicas sabemos lo importante que son esas transformaciones.
- Evitar el populismo y el clientelismo. Algo similar propone más adelante Alejandro Gaviria, en el capítulo 20.
- Consolidar el aislamiento de la violencia como mecanismo de lucha, no todo vale y menos la violencia.
- Mejorar la educación superior, lo que implica mejorar la inversión y por lo tanto implementar mecanismos de rendición de cuentas y acreditación.
- Transformar la ilegalidad al servicio de la paz, aprovechando de allí la alta creatividad y capacidad de asumir riesgos.
- Fortalecer la clase media a través de la educación.
"Si se cuentan estudiantes y profesores, la educación ya es, sin lugar a dudas, en Colombia la actividad económica que más horas y personas involucra. En cifras muy aproximadas cerca de doce millones de estudiantes son atendidos por cerca de 700.000 docentes. No es difícil imaginar el tamaño de daño que puede producir la falta de rigor por laxitud en el uso del tiempo...
Una academia poco rigurosa siembra el incumplimiento, la irresponsabilidad, la mediocridad. Hay que evitar que el clientelismo y las otras clases de corrupción campeen desde la entrada a las universidades. Quien convive y transa con la corrupción durante su formación queda prácticamente programado para seguir por el mal camino. O en el mejor de los casos, como se dice, queda con los dos chips: sabe jugar limpio; pero también, si fuere necesario, sabe jugar sucio...
Si la tolerancia hacia la corrupción en todas las esferas (pública, privada, universitaria) continúa, el estruendo del parto de los montes solamente habrá parido un ratoncito".
Capítulo 15: Emociones y Violencia en el posconflicto colombiano - Piedad Bonnett
En el capítulo 7 Juan Gabriel Vásquez cierra con éste poema de Piedad Bonnett:
Y entonces recuerdo el poema "De lo que soy" de Raúl Gómez Jattin cuya estrofa final dice:
Pienso que la poesía puede ayudar mucho en ese proceso de transformar a Colombia. Como lo plantea Santiago Gamboa en el capítulo 3, la poesía es de esas cosas que no se pueden destruir con bombas. También pienso que hacer poesía es traducir a palabras las emociones, en lugar del desfogue de agresiones físicas o simbólicas (justo ahora recuerdo una nota reciente sobre "Las Troyanas", mujeres que combaten la violencia sexual con literatura). Y de esto es que trata el capítulo 15, de las emociones y cómo los colombianos debemos aprender a perdonar y a canalizar nuestras emociones para la vida y el bien y no para la muerte y el mal. Para la guerra nada dice Marta Gómez.
Citando a Martha C. Nussbaum, Piedad plantea que "existe una construcción social de las emociones" y al final del capítulo afirma que las emociones "aunque parezca difícil, también se aprenden". Así que debemos cultivar la educación de las emociones, pues Colombia es un país que se caracteriza por su alta emocionalidad: "Colombia es pasión", es "gente con berraquera". Pero esa emoción a veces termina en resentimiento, en odio, en deseos de venganza y todo eso se vuelve violencia. Somos uno de los países más felices del mundo pero también uno de los más violentos, así que las emociones pueden ser nuestro mejor aliado pero también han sido nuestro peor enemigo.
Cierro con un fragmento de la primera parte del capítulo, ojalá aprendamos mucho y mejoremos en el futuro cercano:
"...En un país donde persisten las desigualdades, las 'roscas', la falta de oportunidades y todo tipo de violencias, una mayoría de los colombianos da a diario muestras de ingenio, recursividad y capacidad de resistencia frente a la adversidad. También es cierto que aquí, como en todas partes del mundo, hay gente que hace su trabajo con entusiasmo, apasionadamente. Sin embargo, si le damos un giro a la expresión y la ubicamos en otro contexto, tiene el poder de iluminar uno de nuestros grandes males: la tendencia a desbordarnos emocionalmente y, alejándonos de la serenidad, de las argumentaciones y los argumentos, hacernos caer en insultos y actos violentos; no es casual que 'Colombia es pasión' estuviera ilustrada por un corazón con algo de llamarada, siempre sobre un fondo rojo, signos que apuntan al sentimiento y no a la razón...".
"Página Roja
En la fotografía del periódico veo el rostro desconocido,
tan desconocido como puede serlo el de un hombre de campo
para el que Bogotá era apenas una imagen remota.
Arriba el titular de la masacre. Abajo los detalles:
las manos amarradas a la espalda, el incendio del caserío,
la huida mansa de los vivos.
La frente es amplia. En sus veinte años
seguro que algún sueño la habitaba.
Milton era su nombre, y puedo estar segura
de que lo ignoró todo sobre el poeta ciego.
Los ojos perspicaces, la piel tersa, el óvalo aniñado.
Y alumbrándole el rostro, la risa poderosa, como barril de pólvora.
Con esos dientes sanos habría podido romper lazos más fuertes
que los de sus muñecas.
La muerte mancha ya de caries su blancura
y escarba hasta encontrar la fría luz del hueso".
tan desconocido como puede serlo el de un hombre de campo
para el que Bogotá era apenas una imagen remota.
Arriba el titular de la masacre. Abajo los detalles:
las manos amarradas a la espalda, el incendio del caserío,
la huida mansa de los vivos.
La frente es amplia. En sus veinte años
seguro que algún sueño la habitaba.
Milton era su nombre, y puedo estar segura
de que lo ignoró todo sobre el poeta ciego.
Los ojos perspicaces, la piel tersa, el óvalo aniñado.
Y alumbrándole el rostro, la risa poderosa, como barril de pólvora.
Con esos dientes sanos habría podido romper lazos más fuertes
que los de sus muñecas.
La muerte mancha ya de caries su blancura
y escarba hasta encontrar la fría luz del hueso".
Y entonces recuerdo el poema "De lo que soy" de Raúl Gómez Jattin cuya estrofa final dice:
"La poesía es la única compañera
acostúmbrate a sus cuchillos
que es la única".
acostúmbrate a sus cuchillos
que es la única".
Pienso que la poesía puede ayudar mucho en ese proceso de transformar a Colombia. Como lo plantea Santiago Gamboa en el capítulo 3, la poesía es de esas cosas que no se pueden destruir con bombas. También pienso que hacer poesía es traducir a palabras las emociones, en lugar del desfogue de agresiones físicas o simbólicas (justo ahora recuerdo una nota reciente sobre "Las Troyanas", mujeres que combaten la violencia sexual con literatura). Y de esto es que trata el capítulo 15, de las emociones y cómo los colombianos debemos aprender a perdonar y a canalizar nuestras emociones para la vida y el bien y no para la muerte y el mal. Para la guerra nada dice Marta Gómez.
Citando a Martha C. Nussbaum, Piedad plantea que "existe una construcción social de las emociones" y al final del capítulo afirma que las emociones "aunque parezca difícil, también se aprenden". Así que debemos cultivar la educación de las emociones, pues Colombia es un país que se caracteriza por su alta emocionalidad: "Colombia es pasión", es "gente con berraquera". Pero esa emoción a veces termina en resentimiento, en odio, en deseos de venganza y todo eso se vuelve violencia. Somos uno de los países más felices del mundo pero también uno de los más violentos, así que las emociones pueden ser nuestro mejor aliado pero también han sido nuestro peor enemigo.
Cierro con un fragmento de la primera parte del capítulo, ojalá aprendamos mucho y mejoremos en el futuro cercano:
"...En un país donde persisten las desigualdades, las 'roscas', la falta de oportunidades y todo tipo de violencias, una mayoría de los colombianos da a diario muestras de ingenio, recursividad y capacidad de resistencia frente a la adversidad. También es cierto que aquí, como en todas partes del mundo, hay gente que hace su trabajo con entusiasmo, apasionadamente. Sin embargo, si le damos un giro a la expresión y la ubicamos en otro contexto, tiene el poder de iluminar uno de nuestros grandes males: la tendencia a desbordarnos emocionalmente y, alejándonos de la serenidad, de las argumentaciones y los argumentos, hacernos caer en insultos y actos violentos; no es casual que 'Colombia es pasión' estuviera ilustrada por un corazón con algo de llamarada, siempre sobre un fondo rojo, signos que apuntan al sentimiento y no a la razón...".
Capítulo 16: Paz como Tranquilidad - Juan Camilo Cárdenas
https://investigaciones.uniandes.edu.co/juan-camilo-cardenas/
http://scienti.colciencias.gov.co:8081/cvlac/visualizador/generarCurriculoCv.do?cod_rh=0000053686
http://scienti.colciencias.gov.co:8081/cvlac/visualizador/generarCurriculoCv.do?cod_rh=0000053686
El profesor Juan Camilo es coautor del libro "Academia y Ciudadanía, Profesores Universitarios cumpliendo y violando normas", junto al autor de éste libro y a otros dos investigadores de DeJusticia. Sus publicaciones son muy interesantes y se orientan a estudiar y a enseñarnos cómo construir comunidad, cómo vivir juntos, algo muy necesario después de la guerra.
La propuesta de éste capítulo es pensar en la "paz como tranquilidad y no como seguridad" y como un "bien universal" en lugar de un bien público o privado. Aunque "la seguridad puede ser necesaria, no es suficiente para construir una sociedad en paz" y el Estado ha fracasado en sus múltiples intentos de garantizar la seguridad como bien público de los colombianos, lo cual ha derivado en esquemas privados e ilegales de seguridad y de allí la violencia. El profesor Juan Camilo define bienes universales, citando a Ostrom (Nobel de Economía 2009), como "aquellos cuyo consumo genera mayor bienestar individual en la medida en que exista una mayor cantidad de personas que lo estén disfrutando", es decir, la cooperación, la solidaridad, la colaboración, el trabajo conjunto es muy importante.
Para lograr esa propuesta es indispensable la confianza y la confianza es una relación de intercambio en la que se genera un beneficio mutuo mucho mayor cuando las dos partes asumen el riesgo de que el otro se aproveche (como sucede en el Dilema del Prisionero). La propuesta del profesor Juan Camilo es que la dicotomía económica Estado y Mercado deja por fuera a la comunidad, las personas y sus relaciones de confianza juegan un papel muy importante en la construcción de sociedad.
Para profundizar en el concepto de confianza, el profesor cita la Encuesta Mundial de Valores y los estudios sobre Capital Social de John Sudarsky, mostrando que en Colombia tenemos alta confianza en el núcleo familiar, pero disminuye proporcionalmente a la cercanía biológica o de afinidad, al punto que confiamos menos en los vecinos del barrio y aún menos en las personas de otros barrios. Pero se plantea y sustenta la posibilidad de mejorar esa situación, educando para la confianza. Es un tema realmente apasionante y curiosamente algo de eso había leído antes pues tengo una amiga que desarrolló su tesis de doctorado sobre la relación entre confianza y TIC en pequeñas y medianas empresas. La confianza también aparece en las propuestas de los capítulos 1, 2 y 3, 8 y 14 de Melo, Wasserman, Uprimny, Lemaitre y Mockus y es una constante del profesor Mockus, quien ha popularizado su experimento de confianza.
El capítulo cierra diciendo que "la confianza se va aprendiendo a partir de pequeños y frecuentes intentos de prueba y error [lo que llama Wasserman gesto tras gesto con reiteración y la constancia], tal como fue inculcado en nosotros por esa primer institución social en que fuimos educados desde la infancia para una primera ciudadanía: la familia.".
La propuesta de éste capítulo es pensar en la "paz como tranquilidad y no como seguridad" y como un "bien universal" en lugar de un bien público o privado. Aunque "la seguridad puede ser necesaria, no es suficiente para construir una sociedad en paz" y el Estado ha fracasado en sus múltiples intentos de garantizar la seguridad como bien público de los colombianos, lo cual ha derivado en esquemas privados e ilegales de seguridad y de allí la violencia. El profesor Juan Camilo define bienes universales, citando a Ostrom (Nobel de Economía 2009), como "aquellos cuyo consumo genera mayor bienestar individual en la medida en que exista una mayor cantidad de personas que lo estén disfrutando", es decir, la cooperación, la solidaridad, la colaboración, el trabajo conjunto es muy importante.
Para lograr esa propuesta es indispensable la confianza y la confianza es una relación de intercambio en la que se genera un beneficio mutuo mucho mayor cuando las dos partes asumen el riesgo de que el otro se aproveche (como sucede en el Dilema del Prisionero). La propuesta del profesor Juan Camilo es que la dicotomía económica Estado y Mercado deja por fuera a la comunidad, las personas y sus relaciones de confianza juegan un papel muy importante en la construcción de sociedad.
Para profundizar en el concepto de confianza, el profesor cita la Encuesta Mundial de Valores y los estudios sobre Capital Social de John Sudarsky, mostrando que en Colombia tenemos alta confianza en el núcleo familiar, pero disminuye proporcionalmente a la cercanía biológica o de afinidad, al punto que confiamos menos en los vecinos del barrio y aún menos en las personas de otros barrios. Pero se plantea y sustenta la posibilidad de mejorar esa situación, educando para la confianza. Es un tema realmente apasionante y curiosamente algo de eso había leído antes pues tengo una amiga que desarrolló su tesis de doctorado sobre la relación entre confianza y TIC en pequeñas y medianas empresas. La confianza también aparece en las propuestas de los capítulos 1, 2 y 3, 8 y 14 de Melo, Wasserman, Uprimny, Lemaitre y Mockus y es una constante del profesor Mockus, quien ha popularizado su experimento de confianza.
El capítulo cierra diciendo que "la confianza se va aprendiendo a partir de pequeños y frecuentes intentos de prueba y error [lo que llama Wasserman gesto tras gesto con reiteración y la constancia], tal como fue inculcado en nosotros por esa primer institución social en que fuimos educados desde la infancia para una primera ciudadanía: la familia.".
Capítulo 17: Por caminos de reconocimiento y no de resentimiento - Margarita Garrido
El planteamiento principal es que, aunque somos diferentes, debemos relacionarnos como iguales, tratar al otro y ser tratado por los otros como ciudadanos iguales. No hay ciudadanos de primera o de segunda. No importa el color de la piel, ni el sexo, ni la orientación sexual, ni las creencias religiosas, si la proveniencia rural o urbana, ni la formación académica, no importan las diferencias, todos debemos reconocernos mutuamente como iguales y el aparato estatal debe garantizarlo y promoverlo.
Pero históricamente el reconocimiento es una promesa incumplida, usando las mismas palabras de Mauricio García en el capítulo 10. Y esa situación de no ser reconocidos como iguales y los sentimientos que generan las promesas políticas incumplidas han originado el odio y resentimiento que terminan en violencia. Margarita Garrido hace una revisión de la historia de Colombia y las promesas incumplidas de reconocimiento, mostrando que es clave eliminar la desigualdad, que no es lo mismo que eliminar las diferencias, pues somos diferentes.
Hay unas frases muy explicativas de las ideas de éste capítulo que quiero transcribir a continuación:
Pero históricamente el reconocimiento es una promesa incumplida, usando las mismas palabras de Mauricio García en el capítulo 10. Y esa situación de no ser reconocidos como iguales y los sentimientos que generan las promesas políticas incumplidas han originado el odio y resentimiento que terminan en violencia. Margarita Garrido hace una revisión de la historia de Colombia y las promesas incumplidas de reconocimiento, mostrando que es clave eliminar la desigualdad, que no es lo mismo que eliminar las diferencias, pues somos diferentes.
Hay unas frases muy explicativas de las ideas de éste capítulo que quiero transcribir a continuación:
- "En Colombia no nos tratamos como debemos. La forma en que nos relacionamos y tratamos tiene que ver con la manera de clasificarnos entre nosotros...".
- "...Las estructuras de reconocimiento siguen estando llenas de prejuicios clasistas y racistas, regionalistas y ruralistas...".
- "...En los tres niveles que sirven para caracterizar las estructuras de reconocimiento de las sociedades (la familia, el orden jurídico y el desempeño social) encontramos en nuestro país, casi como norma, lenguajes y prácticas permanentes de estereotipación...".
A cambio de mi amistad
sólo una cosa le pido,
Conviene a saber: que apenas
se halle en su domicilio
le cuente a todito el mundo
lo que aquí en Colombia ha visto;
diga cómo ciudadanos
son el negro, el blanco, el indio,
cómo el señor presidente
usa de humildes vestidos;
cómo en raras ocasiones
siendo tan libres toditicos,
ocurre un caso que espante
de un robo o de un homicidio.
No olvide en su relación
que para ser señor ministro
no se necesita de más
que de ciencia y de servicio.
sólo una cosa le pido,
Conviene a saber: que apenas
se halle en su domicilio
le cuente a todito el mundo
lo que aquí en Colombia ha visto;
diga cómo ciudadanos
son el negro, el blanco, el indio,
cómo el señor presidente
usa de humildes vestidos;
cómo en raras ocasiones
siendo tan libres toditicos,
ocurre un caso que espante
de un robo o de un homicidio.
No olvide en su relación
que para ser señor ministro
no se necesita de más
que de ciencia y de servicio.
Capítulo 18: ¿Una paz maleducada e insostenible? Cómo la política educativa del Estado aleja a Colombia de la Justicia, la Democracia y la Paz - Juan Gabriel Gómez Albarello
http://scienti.colciencias.gov.co:8081/cvlac/visualizador/generarCurriculoCv.do?cod_rh=0000416789
http://unal-co.academia.edu/JuanGabrielGomezAlbarello
http://unal-co.academia.edu/JuanGabrielGomezAlbarello
La educación es clave para cambiar a Colombia y como lo dijo el profesor Mockus en el capítulo 14, se requiere un mejor sistema educativo, pues en muchos casos los problemas de corrupción del país se reproducen y mantienen desde las instituciones educativas. En éste capítulo 18 el profesor Juan Gabriel Gómez Albarello ilustra muy bien muchos de los problemas educativos que debemos enfrentar y lo hace considerando el desarrollo histórico de la educación en Colombia y la situación actual. Quiero transcribir y comentar cinco fragmentos que me cautivaron:
- "...El régimen político y económico de Colombia le ofrece a la mayoría de la población pocas opciones, las cuales en muchos casos se reducen a tres: la subordinación, la indiferencia y la exclusión. El poder está tan concentrado que las aspiraciones de la mayoría difícilmente pueden traducirse en cambios al orden actual...". Prácticamente estamos condenados y sólo la educación podrá liberarnos de esa condena a que nos sigan gobernando los mismos con las mismas, manteniendo el "aurea mediocritas" que menciona el capítulo 1.
- "...La educación pública iguala a la gente porque socava todas las jerarquías que se fundan en el privilegio y no en el mérito...".
- "...El autoritarismo en los centros de enseñanza es como un virus que se propaga desde el vértice hasta la base. En esos establecimientos autoritarios lo que los alumnos irán aprendiendo por el camino de manera implícita pero contundente es que las posibilidades para el diálogo genuino son bastante limitadas, que no se puede confiar en la autoridad porque ella es arbitraria, que el orden se mantiene en realidad a la fuerza, que hay que morderse la lengua y, llegado el caso, que hay que "comer callao". Donde n o hay posibilidad de llamar a rendir cuentas a quienes ejercen cargos con autoridad, no hay transparencia y donde no hay transparencia, hay abuso y corrupción...".
- "...La gran mayoría de los congresistas son profesionales graduados de universidades donde aprendieron el arte de la simulación y la conformidad, el postureo hipócrita y el linchamiento moral, la pertenencia a roscas, el 'yo de ayudo - tu me ayudas - nosotros nos ayudamos y los demás que se jodan' y en las universidades más 'perratas' todo lo demás...". Un párrafo bastante fuerte pero que muestra la cruda realidad educativa del país a la cual se refiere eufemísticamente Mockus cuando dice una "educación poco rigurosa" y que en éste capítulo conduce al título en interrogante de "una paz maleducada".
- "...En tales condiciones pocos serán los estudiantes con potencial para convertirse en productores de conocimiento. Los incentivos están puestos para que los estudiantes se conviertan en meros reproductores de saberes importados de afuera...".
Capítulo 19: Reconciliación, encuentro e igual consideración - Jorge Giraldo Ramirez
http://scienti.colciencias.gov.co:8081/cvlac/visualizador/generarCurriculoCv.do?cod_rh=0000042951
http://www.eafit.edu.co/centros/analisis-politico/Paginas/jorge-giraldo.aspx
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La propuesta del profesor Jorge Giraldo la entiendo con relación a tres capítulos anteriores: el capítulo 8 de Julieta Lemaitre, el capítulo 15 de Piedad Bonnett y el capítulo 17 de Margarita Garrido. El profesor plantea que la paz es sólo un paso y que Colombia debe avanzar hacia la reconciliación, entendida como recomponer las relaciones rotas, producto de tantos años de una guerra llena de discriminación, estigmatización, agravios, resentimiento, desconfianza, entre otros. Para lograr esa reconciliación el profesor expone dos mecanismos: el encuentro (meeting) y la consideración (responsiveness).
El encuentro es a la batalla como la paz es a la guerra, dice citando a Clausewitz y se puede conseguir (citando a Kjell-Åke Nordquist) aplicando tres principios: mutualidad, compensación y no repetición. Se entiende el encuentro como la posibilidad de convivir juntos y avanzar juntos dentro de las diferencias. Pero no es algo que se pueda conseguir fácilmente, pues incluso en medios de comunicación, redes sociales y en el diario vivir se puede apreciar la dificultad de un encuentro entre diferentes. Una posible prueba ácida de la reconciliación aparece en el siguiente fragmento: "Basta con verificar si es posible o no verse a las caras y entablar un debate, no digamos una conversación. No es temerario asegurar que, con las salvedades de rigor, no pasamos esa prueba.". Quizás antes de ese encuentro del que habla el profesor Giraldo debemos aprender primero a escuchar al otro y luego aprender a dialogar y después aprender a tomar decisiones juntos.
Por otra parte, la consideración (responsiveness) implica ponerse en los zapatos del otro y obrar procurando su bienestar, es un llamado a la acción, a que nuestras decisiones y acciones consideren al otro. Eso implica abandonar discursos y prácticas de discriminación, algo que expuso muy bien la profesora Garrido en el capítulo 17 y que resume muy bien el poema allí citado.
Quiero cerrar con una frase de este capítulo que debemos considerar siempre cuando tengamos diferencias con los demás: "Ni la vida ni las personas somos unidimensionales".
El encuentro es a la batalla como la paz es a la guerra, dice citando a Clausewitz y se puede conseguir (citando a Kjell-Åke Nordquist) aplicando tres principios: mutualidad, compensación y no repetición. Se entiende el encuentro como la posibilidad de convivir juntos y avanzar juntos dentro de las diferencias. Pero no es algo que se pueda conseguir fácilmente, pues incluso en medios de comunicación, redes sociales y en el diario vivir se puede apreciar la dificultad de un encuentro entre diferentes. Una posible prueba ácida de la reconciliación aparece en el siguiente fragmento: "Basta con verificar si es posible o no verse a las caras y entablar un debate, no digamos una conversación. No es temerario asegurar que, con las salvedades de rigor, no pasamos esa prueba.". Quizás antes de ese encuentro del que habla el profesor Giraldo debemos aprender primero a escuchar al otro y luego aprender a dialogar y después aprender a tomar decisiones juntos.
Por otra parte, la consideración (responsiveness) implica ponerse en los zapatos del otro y obrar procurando su bienestar, es un llamado a la acción, a que nuestras decisiones y acciones consideren al otro. Eso implica abandonar discursos y prácticas de discriminación, algo que expuso muy bien la profesora Garrido en el capítulo 17 y que resume muy bien el poema allí citado.
Quiero cerrar con una frase de este capítulo que debemos considerar siempre cuando tengamos diferencias con los demás: "Ni la vida ni las personas somos unidimensionales".
Capítulo 20: Cinco ideas para reducir la corrupción - Alejandro Gaviria
Para mi es inspirador y esperanzador oír y leer a Alejandro Gaviria, sus ideas, su trabajo, su historia de vida. En el capítulo 20 nos ofrece una guía sencilla y profunda para enfrentar la corrupción, una perspectiva práctica, sus ideas como ingeniero y economista y de acuerdo a su experiencia como Ministro de Salud. Inicia explicando que la corrupción suele abordarse desde dos enfoques, uno moralista que deja la solución a la voluntad de las personas de cambiar y otro práctico, que reconoce la corrupción como consecuencia de muchas prácticas comunes, a veces imperfectas. Y desde ese segundo enfoque nos propone cinco ideas:
- Eliminar el clientelismo: Colombia se ha acostumbrado a prácticas clientelistas que deben eliminarse. Las leyes, las decisiones de Gobierno y Estado, las inversiones, la gestión pública no pueden ser una mercancía que se intercambia por burocracia, contratos o favores. Para esta idea es clave el capítulo 13 sobre reforma política.
- Mejorar en la Gestión Pública por Proyectos: "Más que el dinero o las partidas presupuestales, el recurso escaso en el sector público son los proyectos. O mejor, los buenos proyectos, bien pensados y elaborados en detalle, con conocimiento de la economía y la ingeniería del asunto. La ausencia de proyectos genera no sólo ineficiencias, obras a medio hacer, elefantes blancos, toda la zoología de la improvisación, sino también corrupción y captura de rentas por oficinas organizadas, por contratistas oportunistas.".
- Desconcentrar el poder: Se requiere más transparencia en todas la ramas del poder, mejores mecanismos de control, más participación y menos "personas y entidades revestidas de poderes omnímodos". "La cuestión es la misma de siempre. En la lucha contra la corrupción los guardianes también necesitan guardianes, el poder absoluto no es un mecanismo efectivo para combatir la corrupción. Todo lo contrario.".
- Evitar legislar con desconfianza: Muchas leyes generan ineficiencia en el Estado y se convierten en una piedra en el zapato para quienes quieren realmente hacer y cambiar el país. Y aquellos que viven de la corrupción simplemente aprovechan ésta situación y "hecha la ley, hecha la trampa". Se genera un círculo vicioso que debe romperse y el primer paso es generar confianza.
- Condenar la demagogia como una forma de corrupción: Muchos poĺíticos prometen subir el salario mínimo, bajar los impuestos y mejorar la inversión social en educación o salud. Esa promesa suele ser una mentira para ganar votos y eso es corrupción. "La responsabilidad política también consiste, casi sobra decirlo, en no crear falsas ilusiones y garantizar la coherencia de los arreglos sociales.".
Capítulo 21: La distancia de la paz - Lina Buchely
http://scienti.colciencias.gov.co:8081/cvlac/visualizador/generarCurriculoCv.do?cod_rh=0001349527
https://www.icesi.edu.co/profesores/cv/lina--buchely
https://www.icesi.edu.co/profesores/cv/lina--buchely
Este capítulo es anecdótico y emotivo, lleno de ejemplos sobre la realidad que debemos cambiar, nuestras prácticas, la manera como nos relacionamos, como nos comunicamos, como tratamos a los demás. La palabra clave que emplea es "distancia": la distancia entre el jefe y el empleado, entre la señora que plancha o el vigilante y el dueño de la casa, entre el profesor y el estudiante, entre el muchacho que vende en el semáforo y el conductor, entre el guerrillero y el policía, entre el Ministro de Trabajo y el desempleado... sólo distancias que nos alejan impidiendo construir comunidad y sociedad. Hay varias frases que quiero transcribir de éste capítulo:
- "Las distancias en Colombia están hechas de espera, de tedio y desesperación. Las distancias nos rompen y nos separan en más sentidos de los que nos imaginamos. Nos desconectan.".
- "Colombia es un país con unas diferencias intensas y grotescas entre los que tienen más y los que tienen menos, que anulado por completo la posibilidad de construir mundos comunes.".
- "La reja nos defiende de un peligro que no existe, pero a su vez ayuda a construir un mundo en el que nos sirve estar distantes. La reja le sirve a esa guerra fría de las distancias múltiples...".
Capítulo 22: Crecimiento e inclusión social para una paz duradera - Gabriel Misas Arango
En el capítulo 22 el profesor Misas expone problemas y alternativas de solución en el contexto de la economía: temas como la agricultura, minería, la industrialización, la tecnología, la reforma rural, las exportaciones, la tasa de cambio, el desempleo y las condiciones laborales de los empleados, entre otros.
Colombia requiere "un nuevo sistema social de innovación y producción que articule seis subsistemas: el científico, el tecnológico, el industrial, el educativo-formativo, el mercado de trabajo y la finanza.".
El capítulo termina en un lugar común, la corrupción, y se reitera la necesidad de cambiar la forma de hacer política para poder mejorar el país. Se pone como ejemplo la Alcaldía de Mockus en Bogotá y los cambios que logró sin las malas prácticas políticas que fueron bautizadas como "mermelada", metáfora que usó Juan Carlos Echeverry cuando ejerció como Ministro de Hacienda.
Cierro con una frase que me gustó y compartí en redes sociales cuando releí y subrayé este capítulo: "No tiene el mismo efecto en el crecimiento [económico] exportar repollos que computadores.".
Colombia requiere "un nuevo sistema social de innovación y producción que articule seis subsistemas: el científico, el tecnológico, el industrial, el educativo-formativo, el mercado de trabajo y la finanza.".
El capítulo termina en un lugar común, la corrupción, y se reitera la necesidad de cambiar la forma de hacer política para poder mejorar el país. Se pone como ejemplo la Alcaldía de Mockus en Bogotá y los cambios que logró sin las malas prácticas políticas que fueron bautizadas como "mermelada", metáfora que usó Juan Carlos Echeverry cuando ejerció como Ministro de Hacienda.
Cierro con una frase que me gustó y compartí en redes sociales cuando releí y subrayé este capítulo: "No tiene el mismo efecto en el crecimiento [económico] exportar repollos que computadores.".
Capítulo 23: Nos han dado la tierra - Héctor Abad Faciolince
De todos los autores del libro sólo conozco a dos en persona: a Mockus, a quien he podido ver a pocos metros en marchas y charlas y a Hector Abad, a quien pude estrecharle la mano y de quien conservo un autógrafo y una fotografía en la Feria del Libro de Bogotá de 2015.
El capítulo 23 es una profecía apocalíptica ambiental, escrita con las palabras pacíficas de la literatura: 'los escritores imaginan mundos, sueñan con utopías y tienen pesadillas con distopías. Las primeras tienen la ventaja de ser el motor psicológico para mejorar el país y las segundas nos muestran los riesgos disfrazados de progreso'. Con estas figuras literarias, Hector Abad logra preocuparnos y comprometernos a cambiar individualmente y mantener la unidad y lucha colectiva por el rescate del medio ambiente, para que no sea medio sino completo.
Hector Abad nos recuerda que gracias a la guerra nuestro país mantuvo escondido e inaccesible para el mundo gran parte de nuestra gran riqueza ambiental. Pero una vez se firmó la paz comenzó la cuenta regresiva para que acabemos con todo, en especial con el agua. Nos recuerda que la tala de árboles y la minería indiscriminada son distopías hechas realidad y que debemos exigirle al Gobierno equilibrar el tan necesario crecimiento económico y la sostenibilidad del planeta.
El capítulo cierra con ésta frase: "Mi imaginación de novelista le teme más al colapso ambiental que a cualquier otra amenaza del mundo de hoy.".
Capítulo 24: Medio Ambiente y futuro en Colombia - Diana Rodríguez Franco & Helena Durán Crane
https://www.dejusticia.org/responsible/diana-rodriguez-franco/
https://www.dejusticia.org/responsible/helena-duran/
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Este capítulo es uno de los dos escritos a dos manos. Diana y Helena retoman el tema ambiental desde una perspectiva política, proponiendo un cambio en el lenguaje sobre lo ambiental y la participación activa de la sociedad en las reformas que Colombia debe realizar para que la paz también sea con nuestro medio ambiente. Pues "nuestra economía, nuestro bienestar e incluso nuestra mera subsistencia dependen del medio ambiente.".
Se requiere que Colombia sea más responsable con los recursos ambientales, eso implica cambios desde el Gobierno y desde la ciudadanía. Desde el Gobierno "la política ambiental en muchos casos se ha subordinado a intereses sectoriales y al vaivén de las coyunturas" y Colombia ha tenido "la visión dominante del desarrollo como crecimiento económico", ignorando el medio ambiente y promoviendo la explotación indiscriminada de los recurso naturales. Colombia persiste en un modelo basado en la explotación de carbón y petroleo, el cual es obsoleto con respecto a las tendencias mundiales y ha demostrado que no ha sido exitoso en el país.
Desde la ciudadanía se requiere mayor participación y un cambio de paradigma, comenzando por un cambio de lenguaje, pues se estigmatiza la lucha por el medio ambiente como una lucha idealista y extremista. Además, el Gobierno acostumbra a entender participación ciudadana con socialización y simplemente no hay participación ciudadana en temas ambientales.
El capítulo cierra citando de nuevo la idea de la "coyuntura crítica" que mencionó el profesor Uprimny en el capítulo 2: "En materia de medio ambiente Colombia se enfrenta a lo que los politólogos y sociólogos llaman una coyuntura crítica... Tenemos la opción de dejarnos llevar por la inercia y continuar por el camino en el que vamos: permitir que predominen las mismas ideas, los mismos modelos socioeconómicos, los mismos actores, los mismos incentivos y los mismos arreglos institucionales. O aprovechamos la bifurcación y escogemos otro sendero. El problema de las coyunturas críticas es que es difícil identificarlas cuando se está en una de ellas. Se aprecian más claramente en retrospectiva, cuando ya es tarde para dar el timonazo...".
Se requiere que Colombia sea más responsable con los recursos ambientales, eso implica cambios desde el Gobierno y desde la ciudadanía. Desde el Gobierno "la política ambiental en muchos casos se ha subordinado a intereses sectoriales y al vaivén de las coyunturas" y Colombia ha tenido "la visión dominante del desarrollo como crecimiento económico", ignorando el medio ambiente y promoviendo la explotación indiscriminada de los recurso naturales. Colombia persiste en un modelo basado en la explotación de carbón y petroleo, el cual es obsoleto con respecto a las tendencias mundiales y ha demostrado que no ha sido exitoso en el país.
Desde la ciudadanía se requiere mayor participación y un cambio de paradigma, comenzando por un cambio de lenguaje, pues se estigmatiza la lucha por el medio ambiente como una lucha idealista y extremista. Además, el Gobierno acostumbra a entender participación ciudadana con socialización y simplemente no hay participación ciudadana en temas ambientales.
El capítulo cierra citando de nuevo la idea de la "coyuntura crítica" que mencionó el profesor Uprimny en el capítulo 2: "En materia de medio ambiente Colombia se enfrenta a lo que los politólogos y sociólogos llaman una coyuntura crítica... Tenemos la opción de dejarnos llevar por la inercia y continuar por el camino en el que vamos: permitir que predominen las mismas ideas, los mismos modelos socioeconómicos, los mismos actores, los mismos incentivos y los mismos arreglos institucionales. O aprovechamos la bifurcación y escogemos otro sendero. El problema de las coyunturas críticas es que es difícil identificarlas cuando se está en una de ellas. Se aprecian más claramente en retrospectiva, cuando ya es tarde para dar el timonazo...".
Capítulo 25: Creencias y paz en Colombia - Andrea Ramirez Pisco & Mauricio García Villegas
https://lasillavacia.com/users/andrearamirezpisco
http://veeduriadistrital.gov.co/sites/default/files/files/culturaciudadana.pdf
https://www.dejusticia.org/responsible/mauricio-garcia-villegas/
http://veeduriadistrital.gov.co/sites/default/files/files/culturaciudadana.pdf
https://www.dejusticia.org/responsible/mauricio-garcia-villegas/
El último capítulo fue escrito a dos manos por Andrea Ramirez y el editor del libro (introducción y capítulo 10) y centra su atención en "el talante moral de la población" en Colombia (citando a Alexis de Tocqueville). Básicamente la cultura colombiana permite la corrupción y la violencia, que son problemas por resolver después de alcanzar la paz.
"El talante moral de la gente en Colombia estuvo moldeado durante siglos por la religión católica" y citando la Encuesta Mundial de Valores se muestra que a veces la religiosidad implica incongruencia entre lo que se dice y lo que se hace, con lo cual podría crearse una cultura que estigmatiza la violencia y la corrupción pero que en la práctica la ejecuta, tolera y promueve, es básicamente una doble moral.
Hay tres cosas que se pueden hacer para mejorar a Colombia en ese aspecto del "talante moral":
"El talante moral de la gente en Colombia estuvo moldeado durante siglos por la religión católica" y citando la Encuesta Mundial de Valores se muestra que a veces la religiosidad implica incongruencia entre lo que se dice y lo que se hace, con lo cual podría crearse una cultura que estigmatiza la violencia y la corrupción pero que en la práctica la ejecuta, tolera y promueve, es básicamente una doble moral.
Hay tres cosas que se pueden hacer para mejorar a Colombia en ese aspecto del "talante moral":
- Acabar con el apharteid educativo pues los ricos y los pobres reciben educación diferente y así es muy difícil consolidar una sociedad con valores comunes.
- Mejorar la capacidad del Estado para sancionar.
- Construir confianza.
Lo fundamental es que construyamos juntos un nuevo país en paz y eso implica que juntos construyamos nuestro "talante moral". Como dice el libro al cerrar el último capítulo: "El problema fundamental no es que Colombia haya perdido los viejos valores, sino que no ha construido una nueva moral (cívica o religiosa, poco importa) de respeto, dignidad y tolerancia que sustituya aquellos viejos valores.".
Sobre la portada del libro
Fuente https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/f/fd/Vouet%2C_Simon_-_Father_Time_Overcome_by_Love%2C_Hope_and_Beauty_-_1627.jpg |
La portada y contraportada del libro muestran una pintura de 1627 de Simon Vouet, titulada "El tiempo vencido por el amor, la belleza y la esperanza". El tiempo es el anciano del centro, la esperanza es la mujer de la izquierda con la corona de flores y la belleza es la mujer de la derecha que le arranca al tiempo los cabellos. Les ayudan unos ángeles o "amorcillos" que atacan las alas del tiempo. El arte suele ser, como lo planteó Juan Gabriel Vásquez en el capítulo 7, una manera diferente y creativa de comunicarnos, superando barreras que nos imponen las formas tradicionales. También puede ser un recurso pacífico de venganza, como sucede con el tiempo en la imagen de la portada.
PazTICficando - a manera de conclusión
¿Cómo mejorar a Colombia? En la jerga de Responsabilidad Social Empresarial (y Universitaria) le oí a alguien (y luego busqué y leí), sobre las 3C, que yo considero deben ser 4C: Conocer, Comprender, Convencer y Comprometer. Y podríamos agregar muchas otras palabras con C: comunicar, compartir, colaborar, confiar, considerar, etc. Muchas de esas palabras aparecen en el libro.
La expresión del subtítulo, "reparar el futuro", se podría interpretar como una condena anticipada, ya estamos condenados a que Colombia siga siendo un país fracturado por la violencia y la corrupción y por eso debemos anticiparnos, por eso el libro se anticipa y nos dice cómo repararnos. El mismo profesor Mauricio menciona que el libro es un manual de auto-ayuda para Colombia, es una guía de cómo reparar el mañana que ya dañamos y seguimos dañando.
PazTICficando es una iniciativa para responder la pregunta ¿cómo las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) pueden ayudarnos a lograr y mantener la paz? y ojalá para liderar acciones de paz. Las TIC son una herramienta muy valiosa y, por ahora, en PazTICficando usamos las TIC para masificar acciones de paz, como éste libro que leí y reseñé y que ojalá muchos logren leer, interiorizar y llevar a la práctica.
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